Lo último informado por fuentes judiciales, era que la imputada habría estado preguntando entre sus contactos cómo conseguir cloroformo las horas previas al hecho, según las fuentes. Este líquido, antiguamente era utilizado en medicina como anestésico, por eso llamo la atención de los investigadores. Estos mensajes los habría enviado el 16 de enero, horas antes de la muerte de Amarfil, que ocurrió en la madrugada del 17 de enero. Sin embargo, pese a que en los mensajes habría estado consultando cómo conseguir cloroformo, esta sustancia anestésica no fue encontrada en el cuerpo de Amarfil cuando se realizó la autopsia en la morgue judicial. Es decir, el cuerpo de la víctima no presenta rastros de esta sustancia.
La novedad es el proyecto laboral en común que tendrían Bustos y Amarfil. Fuentes judiciales informaron que estaban trabajando en un proyecto de gimnasios que iban a abrir juntos. En este contexto, aseguran que Amarfil estaba apurando a quien sería su socia para concretar este proyecto.
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Lo otro que utilizan los investigadores como evidencia para comprobar la relación de pareja que tendrían (cabe recordar que la acusada tenía otra relación en ese momento), es que “la acusada le habría aclarado que no iba a escuchar sus mensajes durante la noche, sino que recién lo haría en la mañana porque estaba con su pareja”, según informaron fuentes judiciales.
Esta prueba producida por la fiscalía es la que utilizará sumar el agravante por el vínculo. Resta que aún defina si lo hará a través de una ampliación de objeto en audiencia o si será en la audiencia de control de acusación.
Mientras tanto, Luciana Bustos permanece en prisión preventiva en el penal de Chimbas, por un plazo de 10 meses, durante el proceso de la investigación penal preparatoria.