“Ser un adicto al juego en GH 2011 es como querer ayudar a un alcohólico dentro de una vinoteca”, recapacitaba la participante a la vez que confesaba, desgarrada, su deseo por socorrer a Cristian con su problema.
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“Ser un adicto al juego en GH 2011 es como querer ayudar a un alcohólico dentro de una vinoteca”, recapacitaba la participante a la vez que confesaba, desgarrada, su deseo por socorrer a Cristian con su problema.
En la madrugada de ayer, Tamara mantuvo una extensa conversación con Jésica y Loreley, en donde las “hermanitas” ponían al tanto a la jujeña sobre la situación de Urrizaga al exponer ciertos comportamientos que las chicas ven como sospechosos.
Durante la conversación las morochas le hicieron entender a sus compañeras que el paseado de perros juega anteponiendo sus sentimientos y que varios de los acercamientos de su parte son sólo parte de una estrategia previamente concebida.
“No es que no te quiera, lo que pasa es que está jugando”, le explicaban.
A raíz de un repentino “darse cuenta”, Tamara recurrió al confesionario y allí, contenida por “Gran Hermano”, la participante más inocente de la casa hizo catarsis.
“Es una gran persona pero tiene problemas con el juego y le gana”, y agregó: “Hay cosas con las cuales no se juega”.
Más tarde, conmovida hasta las lágrimas y en actitud solidaria con su compañero, la jujeña consideró: “Sé que en otro lado (fuera de la casa” lo voy a poder ayudar y sé que va a ser así”, manifestó.