10 años de prisión efectiva recibió un pastor de una iglesia evangélica autónoma por abuso sexual agravado con acceso carnal. Un caso que develó una historia de hostigamiento y abusos que se extendieron por al menos 4 años y donde una maestra fue clave para la condena de un hombre de apellido Silva que se hacía llamar pastor y quien había montado una iglesia sin el aval del Consejo de Iglesias Evangélicas.
Una clase sobre violencia destapó un caso de abuso sexual en una "iglesia"
El pastor como se hacía llamar ya tenía otra denuncia de abuso de una nieta. Fue condenado a 10 años de prisión efectiva.