Con algunas pruebas que serían, en principio, suficiente para la imputación del presunto homicida de José Luis Salinas (46) se realizará esta tarde el debate por la imputación del mendocino involucrado en el crimen de Ramón Molina. La principal hipótesis, que se sostuvo a lo largo de las horas, sigue vigente: sería un Homicidio Criminis Causa. En el caso de que se compruebe que Salinas mató a Ramón Molina para robarle e encubrir su crimen, podría recibir una prisión o reclusión perpetua, a acuerdo a las características del asesinato.
Esta carátula que corresponde a un homicidio agravado que se comete con el objetivo de ocultar otro delito, podría tener entonces la pena más dura. Las pruebas contra Salinas eran varias. En primer lugar se encontró un cuchillo en la escena que pudo haber sido manipulado por el agresor y, si bien se comprobó por el resultado de la autopsia que esa no sería el arma homicida, sí lo ubicaría en la escena del crimen.
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Por otro lado, las huellas que dejó en el auto de Ramón que se llevó de la escena para abandonarlo posteriormente en Rivadavia. Quizás, en su afán por desviar la investigación o ganar tiempo ocupando a los investigadores en la búsqueda del auto, pudo motivar la torpeza del asesino, quien dejó sus huellas plasmadas.
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Con este panorama, los detectives pueden dar cuenta de un armado de escena que podría inculpar a Salinas y concretarse su imputación. La Justicia entonces tendrá que determinar su prisión preventiva, su traslado al Penal y el tiempo de investigación que no puede exceder el año, en un primer momento.