A medida que van pasando las horas se conocen más datos sobre la investigación de la muerte de Rosalba Albarracín. Entre los testimonios recabados por la Policía, con base en los pedidos de la Fiscalía a cargo, surgió que un testigo reveló algo clave. Al parecer, "alguien" vio que un sujeto desconocido (que no es del barrio Cruz del Sur) merodeaba la casa de la víctima "sacando fotos". Eso podría determinar que los movimientos de Rosalba fueron estudiados previamente. También se supo que la puerta de entrada no estaba forzada y que quedó entreabierta.
Que fue una vecina que se acercó, como comúnmente lo hacía, para llevarle alimentos a la jubilada y advirtió que su cuerpo estaba en el piso boca arriba con un trapo en el rostro. Este detalle llamó la atención de los peritos que llegaron a la escena y que desconfiaron que se trate de una muerte natural o producto de un accidente.
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A medida que van pasando las horas, la escena comienza a echar su propia luz. Ahora, se sospecha que una persona ingresó al domicilio (sin forzar la cerradura) y entró con intenciones de robo. Esto es porque en el interior del domicilio había desorden, lo que puede probar que alguien buscaba elementos de valor, como dinero.
Es probable también que Rosalba haya conocido a su agresor y lo haya dejado pasar, aunque con el dato del trapo en el rostro se puede determinar que la víctima fue sorprendida por su atacante. Las pericias al trapo también serán clave para determinar si hubo algún líquido inmovilizarte o alguna sustancia para desmayar a la víctima. Lo cierto es que el golpe que tiene la mujer se ubica en la parte trasera de la cabeza.
Si la víctima fue golpeada, el caso toma más semejanza al crimen de Ramón Molina en Santa Lucía. Este otro caso apunta a un jubilado que, también fue sorprendido por su atacante que lo dejó golpeó hasta matarlo. La carátula en este caso es Criminis Causa, que es un homicidio que se comete para borrar evidencias de otro delito. En el caso de Rosalba podría ser el mismo escenario.