“Fue muy zarpado. Tengo 4500 saltos, pero esto supera todos los hechos hasta hoy. Fue muy intenso, el frío, la velocidad, la máscara de oxígeno, el tiempo de caída libre”, contó Alejandro minutos después de aterrizar.
Y continuó: “Al principio, durante el primer minuto, Marcelo y yo no sabíamos si estábamos sobre la zona de aterrizaje o no. La visual era muy confusa desde tanta altura. Igual ya no había nada que hacer. Pero Taylor (el tercer paracaidista) que conoce muy bien la zona, rápidamente identificó las luces de una prisión grande que está a unos 5 km, y al sur de eso vio las balizas de rescate marino que habíamos puesto sobre la pista”
Los paracaidistas argentinos desafiaron temperaturas extremas y una velocidad de caída de 300 km/h. (Foto: Instagram de Marcelo Vives)
Leé también: Tom Cruise exigió su cuerpo al máximo al realizar el salto HALO para la nueva Misión Imposible
Aunque falta la oficialización, Montagna confirmó: “El juez ya homologó la altura y tenemos el récord mundial”.
“A pesar de los vientos cruzados, bastante fuertes a baja altura, Taylor y yo logramos aterrizar a pocos metros de las balizas. Marcelo (Vives), que por procedimiento tenía que abrir 300 metros arriba nuestro, tuvo dificultades para llegar y por muy pocos metros no aterriza sobre los árboles. Me mostró el video, y literalmente aterrizó a 5 metros del fin del bosque. Eso pudo haber sido un problema”, dijo Alejandro.
¿Qué desafíos enfrentaron?
Montagna y Vives se sobrepusieron a condiciones extremas:
- Una velocidad de caída de 300 kilómetros por hora
- Temperaturas reales de -60°C y una sensación térmica de -100°C
- Utilizarán trajes con sistemas de oxígeno y protección térmica
- El salto incluirá tres minutos y medio de caída libre.
Preparativos
Previo al desafío, realizaron saltos de prueba desde 5.000 metros para ajustar sus equipos y verificar su funcionamiento. Estos ensayos les permitieron afinar los sistemas de oxígeno y los trajes térmicos necesarios para enfrentar el frío y la altitud.
FUENTE: TN