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El gobierno de Mendoza intervino para que Chile no cierre el paso

Desde el Ministerio de Gobierno se gestiona una reunión para que en el vecino país se revea la decisión de clausurar el paso por 12 horas todos los días desde el próximo lunes hasta abril.

El Ministerio de Gobierno intervino para tratar que desde Chile se revierta la decisión de mantener el paso Cristo Redentor cerrado por 12 horas todos los días, para poder repavimentar 10 kilómetros de los Caracoles durante el verano.

El gran problema es que están trabajando a contrarreloj ya que el próximo lunes (17 de diciembre) entra en vigencia la medida que permitirá el paso de todo tipo de vehículos de Mendoza a Chile desde las 13 hasta las 24, mientras que para regresar del país trasandino a la provincia se podrá pasar entre la 1 y las 12.

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“Elevamos una propuesta de hacer una reunión entre los dos países para buscar alternativas. Pensamos que no se tiene que empezar el lunes con la medida”, sostuvo Gustavo Gutiérrez, coordinador de Mendoza en el paso internacional Cristo Redentor.

El tema no es sencillo ya que por las obras que pretende hacer Chile intervienen tres ministerios del vecino país (el de Obras Públicas, el del Interior y Cancillería), por lo que hay que coordinar con los tres estamentos del Estado para detener los trabajos. A eso se le suma que en la reunión también deben intervenir funcionarios del Ministerio de Interior y de Cancillería Argentina, y todo debe hacerse en seis días, porque el 17 de este mes comienzan las restricciones.

“Se envió una nota para consensuarel plan para la temporada estival, algo alternativo para minimizar el impacto negativo que esto va a tener en el tránsito”, informó Gutiérrez. Alternativa más larga Una de las opciones para lo

mendocinos que se trasladan en sus autos particulares a Viña del Mar es utilizar el recientemente inaugurado Paso Pehuenche, por Malargüe.

El problema es que de ser un viaje de poco más de 400 kilómetros, pasa a ser uno de 1.090 kilómetros, es decir se tienen que recorrer, sumando la ida y la vuelta, 1.200 kilómetros más que con la ruta habitual.

Otra de las características de este paso es que absolutamente todos los controles –aduaneros, fitosanitarios y de migraciones– están delegados en Gendarmería Nacional.

Esto significa que en el límite no hay casetas para hacer los trámites ni aduana unificada, como en Los Libertadores, sino que se hace todo en el edificio de las fuerzas de seguridad, que tienen la potestad de agregar mayor personal de acuerdo con el flujo vehicular que tengan.

Floridor Gonzáles, presidente de la Asociación Malargüina de Turismo, en diálogo con el programa Primeras Voces (radio Nihuil), destacó que “al ser un paso nuevo cuenta con menos flujo vehicular. Igualmente del lado argentino hay cerca de 60 kilómetros que no están asfaltados hasta el límite con Chile, aunque el ripio esta compactado, por lo que no hay mayores inconvenientes. En el país trasandino la ruta es completamente nueva”.

En cuanto a los servicios, “la última estación de servicio se encuentra en la localidad Bardas Blancas del lado argentino, cruzando a Chile tenemos San Clemente, a 30 kilómetros de Talca, otro lugar con los servicios necesarios. Son menos de 200 kilómetros donde no hay nada”, dijo González.

Finalmente destacó que “el paisaje cambia muchísimo, es muy hermoso. Además es un paso 1.000 etros más bajo que Los Libertadores, por lo que no tiene zonas de riesgo de montaña y casi no se cerraría durante todo el año”.

Modifican horarios

Por las restricciones en el cruce a Chile, las empresas de larga distancia de transporte de pasajeros debieron modificar los horarios de salida desde Mendoza hasta Viña del Mar.

Gustavo Casamento, gerente comercial de Cata Internacional, manifestó que “el servicio que salía a las 22 lo hará a las 20, mientras que el de las 9.30 sigue igual.

Es en beneficio del cliente, para que no tenga que estar varado en el cruce internacional”.

En cuanto a la decisión de Chile de mantener 12 horas diarias el paso cerrado, cuestionó que “lo hacen en un momento completamente inapropiado, porque es turismo de alta temporada. Son 10 kilómetros de  repavimentación que tienen que hacer que es necesario que se hagan pero no es el momento”.

Y explicó que “a esto se le suma las expectativas que hay por el tema del cepo cambiario y que no se sabe a ciencia cierta qué va a pasar con la recepción de pesos argentinos en el país trasandino”.

Igualmente resaltó que para enero “ya tenemos una ocupación del 90% del servicio. Son entre 8 y 10 frecuencias diarias que van y que generalmente se les suman refuerzos”.