Según la Policía, la mujer recibió la primera llamada en julio del año pasado.
"Le dijeron que su identidad había sido utilizada en un grave caso criminal en la China continental", explicaron los investigadores. "Luego le indicaron que transfiriera el dinero a diferentes cuentas bancarias para investigar si el capital era producto del delito. Le prometieron que le devolverían todo el dinero después de la investigación".
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La anciana siguió las instrucciones y transfirió alrededor de 32 millones de dólares a tres cuentas entre agosto y enero, convirtiéndose así en la víctima de la mayor estafa telefónica en la historia de Hong Kong.
A fines del mes pasado, la Policía arrestó a un estudiante universitario de 19 años en relación con el crimen y fueron congeladas las tres cuentas bancarias. Sin embargo, para entonces solo quedaban en ellas poco más de un millón de dólares.
La investigación sigue en curso conducida por los oficiales de la unidad criminal regional del distrito de Kowloon.