Es posible que se caiga en la tentación de hacer un ayuno total a principios de año, especialmente si el período entre las fiestas estuvo marcado por excesos. Sin embargo, hay que evitar salidas extremas, dicen los nutricionistas, y si la persona está reduciendo el consumo, hacerlo con conciencia y cuidado.
“Hay que evitar el ayuno extremo”, dice la experta en Nutrición alemana Regina Ensenauer. Una forma de comenzar es comer un poco menos en las comidas habituales. “Prestar atención a las cantidades es un consejo que se aplica a todos los grupos de edad”, señala Ensenauer, que es directora de Nutrición Pediátrica en el Instituto Max Rubner en Karlsruhe.
Cualquiera que sea la rutina, hay que asegurarse de hacer más ejercicio, remarca. “Eso puede sonar banal, pero no es una tarea fácil para muchas personas”. Los desafíos incluyen el cierre de escuelas y guarderías, lo que significa que las familias tienen que planificar conscientemente actividades conjuntas, desde caminatas hasta salidas a la plaza. “Al fin y al cabo, la gente suele comer solo por aburrimiento, así que ten cuidado y busca alternativas.”, advierte.
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“Antes de tratar de cambiar los hábitos alimenticios de los hijos, los padres deben mirarse bien en el espejo”, sugiere Ensenauer. “Si yo no doy un paso atrás, no puedo esperar que mi hijo dé un paso atrás. Como adultos, tenemos una gran responsabilidad aquí”.
Comer más despacio y conscientemente
Además de comer más despacio y conscientemente, la calidad de la comida es importante y eso también se aplica a los postres. “Lo que puede significar fruta en lugar de tortas”, grafica Ensenauer.
Cuando se trata de platos principales, se puede hacer ensalada con pechuga de pollo o una alternativa a base de vegetales en lugar de platos que incluyan salchichas grasosas o grandes porciones de carne, sugiere la experta.
Las bebidas dulces pueden ser un gran problema y los especialistas sugieren diluirlas con abundante agua si es que se las está consumiendo. “Recuerda que el agua es la mejor alternativa como bebida”, asegura Ensenauer. “Trate de compartir este mensaje con los abuelos u otras personas involucradas en el cuidado de los chicos”.
“Evite dar a los niños muy pequeños alimentos especiales, como bolsitas de dulces, como alimento complementario en lugar de fruta. El problema es que pueden contener fructosa natural, pero el contenido de azúcar sigue siendo a menudo demasiado alto”, alerta.