Oriana Salinas Santana tenía un año y cinco meses cuando falleció durante la madrugada del sábado 30 de julio mientras era trasladada desde el hospital Marcial Quiroga hasta el servicio de Urgencias del Guillermo Rawson. Pero, antes su mamá, Johana Santana había recorrido varias guardias para que la controlen y atiendan al menos 5 médicos.
Es que Oriana, una beba aparentemente sana sin problemas de base ni patologías existentes hasta el domingo 24 de julio jugaba como cualquiera otra niña y en menos de una semana su situación de salud se habría complicado por un catarro “mal diagnosticado” y murió.
Te puede interesar...
Johana Santana se comunicó con sanjuan8.com a horas de haber sepultado a su beba y contó el calvario que sufrió. Oriana comenzó con tos el lunes 25 y al día siguiente su madre la llevó a un médico de su obra social. “Me dijo que era un catarro y le recetó un jarabe para la flema y un descongestivo”.
Pero, el estado de la nena no mejoraba. De hecho, dejó de comer y estaba muy decaída lo que generó aún más preocupación en Johana que decidió trasladarse hasta el hospital Guillermo Rawson. Eran cerca de las 23 del miércoles 27 de julio, cuando llegó en remis hasta la guardia. Allí, Oriana fue atendida, según relató Johana por un pediatra residente que indicó una serie de análisis y una placa de rayos x.
Los estudios fueron entregados varias horas después y cerca de las 2.30 de la madrugada del jueves fueron revisados por otro médico. “El pediatra que los había indicado ya no estaba en el hospital y una secretaria me ayudó a conseguir otro profesional que en apenas unos minutos vio los análisis y me despachó con un antibiótico”, relató la mamá de la beba.
Además, recuerda que ese médico no revisó la placa ya que la computadora no se reiniciaba, pero a pesar de no conocer con certeza lo que indicaba la placa le dijo a la mamá que compre un nuevo medicamento. “Nos fuimos a la farmacia y tal cual nos indicó en una orden sin firma y sin sello compramos el antibiótico”.
Lamentablemente, el estado de salud de Oriana no mejoró y durante ese jueves se quejó constantemente de dolor. Hasta que nuevamente Johana y el papá de la nena tomaron un remis desde el barrio San Lorenzo en Santa Lucía hasta el hospital Marcial Quiroga.
El viernes cerca de las 23 llegaron hasta ese nosocomio con la esperanza de recibir una mejor atención, pero como la encuesta reflejaba que no era una urgencia, esperaron varios minutos hasta que una médica miró los análisis de Oriana.
Mientras la beba vomitaba constantemente, la profesional se sorprendió de los estudios y le explicó a Johana que no podía creer que la hayan mandado a la casa con esos análisis. “Hay que internarla urgente”, recuerda la mujer que expresó la médica.
Pero, mientras le indicaban de nuevo otros estudios, la nena comenzó con vómitos. “Le colocaron suero, oxígeno y mientras sus latidos de corazón se aceleraban y de repente bajaban pidieron una ambulancia para llevarla al hospital Rawson”, relata Johana conmovida.
Mientras preparaban la camilla para trasladar a la beba, Johana se dio cuenta de la gravedad del cuadro. “Tu bebé está grave y hemos pedido una ambulancia para trasladarla a Terapia del Rawson y Oriana ahí ya no habría sus ojos. La subieron a una ambulancia y murió en el camino”, lamenta Johana.
Oriana falleció a las 3 de la madrugada del sábado 30 de julio mientras viajaba con su mamá en ambulancia. Luego de eso, el mundo se detuvo para la familia de la beba que tuvieron que esperar durante horas para saber que tenía la niña. “Mi hija murió de una infección respiratoria y neumopatía”, dijo la mujer que ya realizó una presentación para que el caso sea investigado en la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Especiales.
“Hoy estamos denunciando el abandono de mi hija y la negligencia médica que tuvo que sufrir Oriana y terminó en este desenlace terrible”, finalizó la mujer que ya convocó a una marcha para el jueves 11 de agosto a las 9 de la mañana en la puerta del Hospital Guillermo Rawson ya que considera que al menos 5 médicos incumplieron en su deber.