Hace un par de años, el Comité Nacional de Prevención de la Tortura hizo un informe lapidario sobre el Servicio Penitenciario Provincial, por las condiciones y por el trato de los penitenciarios sobre los internos. Desde el sistema carcelario, Sergio Paduczek, también compartió su evaluación negativa sobre el Penal sanjuanino y planeó poner su cuota de experiencia en penitenciarías para mejorarlo. Años después, la situación se revirtió. Hace un mes, la Comisión de Cárceles de la Defensoría General de la Nación llegó a la provincia para chequear este penal y el resultado fue "exitoso", según los involucrados. "Las críticas que hicieron fueron constructivas", dijo Paduczek, quien precisamente estuvo trabajando detrás del telón durante estos años para que eso sea posible.
Esta semana llegó a San Juan para reafirmar su compromiso de ayuda y brindar capacitaciones a penitenciarios. En su visita, aprovechó por dialogar con sanjuan8.com y se metió en la puja judicial por la liberación de presos en el marco de delitos contra la integridad sexual que no tienen condena firme.
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-Hableme un poco de las capacitaciones que realiza en el Servicio Penitenciario
La idea del ciclo de capacitaciones nació hace unos años atrás por un convenio que se firmó gobernador Sergio Uñac por parte del sistema de seguimiento de observación de las condiciones carcelarias que integro. Se firmó un convenio para capacitar al personal penitenciario. Dentro de las temáticas que producimos, está el fortalecer el área de salud y trabajo, el área de tratamiento criminológico, las auditorías internas dentro de una cárcel, el uso de la fuerza que es bastante amplia. Fue para mi gusto tan bueno el año pasado que, se tomó la decisión de repetirlo este año y con otras temáticas. La idea es sembrar una semilla. Si los internos ven los cambios, y la sociedad también ve los cambios, el índice de delito debería bajar porque habría menos reincidencia. No quiero tomar el caso aislado, del que volvió a reincidir para decir "hay que actuar con dureza, cometieron delito que la paguen". Por qué no es el porcentaje de mayoría; se vende como la mayoría, pero no lo es.
-Cómo se hace para sacarle el estigma a los penitenciarios. Por que durante muchos años, si no está del lado de los que tiene "palo" sos delincuente...
Tienen que elegir creer y salir a la calle orgullosos de ser penitenciarios y no con esa imagen de decir "pobre tipo, mirá lo que terminó siendo, penitenciario... no le queda otra, mirá en qué condiciones vive. Tiene que sentir el orgullo de que estás en un trabajo para la sociedad, a partir de esto de que uno le brinde y que haya herramientas, en donde se puede trabajar, porque el buen penitenciario puede tener mucho entusiasmo, pero a veces el sistemas es lo come. Ve que tiene tantos este obstáculos que superar, que llega un momento que dice "bueno que siga todo igual". Esto es lo que quisimos cambiar, mostrarle que hay oportunidades y que muchos de ellos llevaron un proyecto a la dirección y el director los atendidos y les dijo "vamos para adelante". Esto es un efecto cadena. La otra me movía muy interesante que se hizo en San Juan fue comunicar. Porque siempre se comunican muertes, tragedias, pero ustedes ahora están percibiendo que esto no es la miniseries El Marginal.
-Sin dudas el penal ha evolucionado estos años, pero ahora cambia el gobierno y cambia también la proyección. ¿Cuál es la expectativa para sostener ese cambio?
Ojalá lo supiera. Cuáles serán las políticas de trabajo a nivel penitenciario tanto local como nacional. Lo que me animo a decir. Una, ojalá sea una política de estado. Ojalá que con 40 años de democracia venga alguien que se siente y diga "esto está funcionando bien, hay que continuarlo". Incluso puede haber alguien que llegue y lo mejore, pero no que retroceda. Para mí es un desafío que tiene las nuevas autoridades, la de observar con espíritu crítico y vea que los últimos dos años hemos recibido buenas noticias del Servicio Penitenciario, entonces por qué cambiar. Ojalá las nuevas autoridades sean informadas correctamente y vean que este es el camino. La segunda pata, el personal penitenciario. Ellos saben cómo se trabaja. Que el cambio venga de abajo para arriba.
"Los índices de inseguridad van a bajar en la medida en que yo no transforme la cárcel como un depósito"
- Lo traslado al Sistema Acusatorio. Se han incorporado nuevos delitos a un sistema exitoso, y esto recarga aún más las detenciones. Hay jueces que, quizás por las superpoblaciones carcelarias, dejan libre a los presos hasta que la condena quede firme. ¿Qué opina?
Es difícil dar una respuesta genérica porque el juez debe analizar cada caso en particular. Si uno va a la Constitución, ella garantiza el principio de inocencia. El que tiene la carga de la prueba es el Ministerio Público Fiscal por eso festeja un sistema acusatorio, hace que el juez sea imparcial. Entonces, el Ministerio Público debe capacitarse para probar lo que sostiene. Lo que ha variado en Chimbas es que antes teníamos un 60% de procesados y 40% de condenados, ahora hay 70% procesados y 30% de condenados. El número no ha variado, pero hay gente que se quedó en comisarías con el embudo que se produce. Hay que analizar el caso concreto. Una detención en malas condiciones es una detención ilegítima. El fiscal es garante de eso. Invito a los fiscales a que visiten la cárcel. Ellos no van a la cárcel, no tienen esa política y los jueces tampoco. También los invito a que lo hagan. El sistema garantiza el debido proceso. En el caso concreto lo que yo tengo que analizar es, si hay peligro de fuga, o entorpecimiento a la investigación (me ensucia la causa, me aprieta testigos, conoce la casa de la damnificada y puede perjudicarla. Ese es el riesgo procesal. Cuando lo miro decido si esa persona debe estar privada de la libertad, pero eso no descarga que en determinadas situaciones pueda estar en arresto domiciliario hasta que quede firme la sentencia (morigeración de la sentencia). Los delitos contra la integridad sexual son los más difíciles que tienen alta taza de reincidencia. Si yo fuera integrante de la Corte nunca sacaría una recomendación genérica. En los casos de integridad sexual, he visto barbaridades como que ponen a los imputados en la misma cuadra donde está la víctima. Eso es una revictimización asesina, por más que esté la garantía del principio de inocencia tengo que sopesar los derechos de la víctima. Hay que mirar el peso de mi decisión. Sin embargo, no hay un sistema penal que resista que todos vayan presos. No existe. Si yo mañana hago una cárcel de 3.000 personas la voy a llenar. Lo que tengo que pensar es, qué quiero alojar en la cárcel. Me va a quedar un universo de penas en suspenso para controlar. Quizás no han que mezclar al que tiene condena de un año con el que tiene perpetua, o el narco con el que cometió un hurto. Hoy pasa porque está todo sobrepoblado y lo que busca el penitenciario es que conviven bien. Si yo reflexiono que esto tiene una medida alternativa voy a comenzar a descomprimir la situación y terminaré alojando en los penales, lo que tiene que estar en los penales.
"La Constitución no es sólo arrojarle un colchón a una persona para que esté debajo de una escalera hasta que se resuelva la causa"
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