El referente provincial detalló la relevancia de la medida: “De ahora en adelante, las penas, una vez que pase a Diputados y se convierta en ley, van a endurecerse y va a quedar muy bien marcado lo que es un accidente de tránsito, dependiendo de la cantidad de agravantes que se presenten”. Según explicó, conducir temerariamente, como primer agravante, podría implicar penas de entre 4 y 6 años de prisión, mientras que si se comprueban múltiples agravantes, la condena puede llegar hasta los 12 años.
Desde San Juan, Chirino celebró el avance, aunque con un tono de realismo: “Es un alivio, porque aunque nosotros no vayamos a tener esa ley aplicada sobre hechos pasados, haber trabajado arduamente en esto, en conjunto con todas las provincias, nos permite sembrar una semilla que va a dar su fruto más adelante. Los próximos siniestros viales, a partir del año que viene, tendrán la pena que se merece, que es lo que cada familia busca y era una deuda pendiente que el Estado tenía con nosotros”.
El proyecto de reforma introduce cambios significativos en los artículos 84 bis y 94 bis del Código Penal. En los casos de homicidio culposo agravado por conducción, las penas se elevan a entre 4 y 8 años de prisión, con inhabilitación especial para conducir. Si se comprueban tres o más agravantes, la pena puede extenderse de 5 a 12 años. En tanto, para lesiones culposas, se incorporan figuras adicionales con condenas de 3 a 6 años y la correspondiente inhabilitación especial, siempre que concurran al menos tres agravantes.
Chirino subrayó que la medida no solo tiene un efecto punitivo, sino también preventivo: “Llegar al número cero en siniestros viales es un objetivo
lejano, pero al menos sabemos que quienes actúen con imprudencia extrema recibirán la pena que corresponde. Esto envía un mensaje claro: la vida de las víctimas y la responsabilidad de los conductores son prioridades”.
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La Asociación Madres del Dolor junto a Estrellas Amarillas, impulsaron la reforma
Desde 'Familias del Dolor', se destacó que esta reforma es un paso más hacia la justicia para las víctimas
y sus familias, y que la espera de la aprobación en la Cámara de Diputados es solo un trámite formal, ya que se prevé que no habrá objeciones.
“Trabajar en esta ley nos demuestra que nuestras voces cuentan. Que los años de lucha, el acompañamiento a otras familias y la visibilización de la tragedia vial pueden traducirse en cambios concretos que salvan vidas”, concluyó Chirino.
Por Gabriel Rotter.