El historial de Romero incluye varios episodios de violencia y desobediencia a la ley: durante meses permaneció prófugo de la Justicia, burlándose de los procesos a su cargo. Días antes de la audiencia del 4 de septiembre, había sido arrestado por disturbios en la vía pública y estaba vinculado a otros dos hechos de amenazas agravadas, cuyos detalles no fueron divulgados. En total, en menos de un año, acumula tres causas con la misma carátula, consolidando un patrón de comportamiento violento que preocupa a las autoridades.
El nuevo hecho violento
El 11 de septiembre, Romero protagonizó un episodio que casi termina en tragedia. Según la investigación, atacó con un cuchillo a un vecino de apellido Calivar, propinándole una herida en la zona del bazo que lo dejó en estado grave. Por este hecho se le imputaron lesiones graves.
Además, durante el mismo suceso, Romero habría amenazado con un arma de fuego a la madre, esposa y cuñada del damnificado, elevando la gravedad del caso y demostrando un patrón de violencia familiar y vecinal.
Intervención judicial
Ante la flagrancia y el riesgo que representaba, el fiscal Alejandro Mattar solicitó la prisión preventiva de Romero, argumentando que el sujeto reincide una y otra vez, poniendo en peligro a la comunidad y dificultando el accionar judicial. La defensa no presentó argumentos para revertir la medida, y la jueza Flavia Allende ordenó que permaneciera detenido por 30 días, mientras avanza la investigación.
Los cargos que enfrenta Romero incluyen lesiones graves y amenazas agravadas por el uso de arma, delitos que, combinados con su historial, podrían derivar en sanciones más severas.
Un patrón de violencia reiterado
El caso de Miguel Romero refleja un patrón de reincidencia y riesgo social:
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Diciembre 2024: amenazas agravadas a su hermana, con pedido de captura.
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Septiembre 2025: arresto por contravención por disturbios en la vía pública.
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11 de septiembre de 2025: apuñalamiento a vecino y amenazas a familiares del damnificado.
La Justicia evalúa este historial como un indicador de conducta violenta sostenida, lo que justificó la medida de prisión preventiva y anticipa un escrutinio más severo en el desarrollo de las causas en curso.
Por Gabriel Rotter.