Detrás de esos dos rubros se ubicó la construcción, con una reducción de su actividad del 23,6%. En mayo la merma había sido del 22,1%.
La pérdida de poder adquisitivo de la población, que golpeó la capacidad de consumo interno, y la paralización de la obra pública fueron los principales factores que acentuaron la recesión.
En el otro extremo, los tres sectores que más lograron amortiguar la caída promedio del la economía fueron el agro (+82,4%), minería e hidrocarburos (+4,6%) y la pesca (+34,8%).
Excluyendo al agro, que muestra grandes tasas de crecimiento debido a que en 2023 hubo una profunda sequía, la economía se contrajo 8,8% interanual en junio.
Tres trimestres seguidos de recesión
Asimismo, respecto de mayo la caída de la actividad económica fue del 0,3%, Vale recordar que en mayo la serie desestacionalizada del EMAE había arrojado su primera mejora mensual desde octubre de 2023.
Con estas variaciones, en el acumulado del primer semestre el indicador que funciona como proxy de la evolución del Producto Bruto Interno (PBI) registró una baja del 3,2% y del 6,6% si se excluye al agro de la ecuación.
Mientras tanto, el nivel promedio de actividad del segundo trimestre se ubicó 1,7% abajo respecto del primero. Se trató así del tercer trimestre consecutivo con números en rojo.
Los primeros datos de julio fueron más alentadores
Para julio se espera cierta reactivación, en función de los primeros datos que se fueron conociendo. A modo de ejemplo, la producción automotriz creció 38,7% mensual, la fabricación de maquinaria agrícola presentó avances de más del 50% en todos sus segmentos, y los despachos de cemento se incrementaron 25,9%.