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Por qué el desayuno es la comida más importante del día

Gran parte de la evidencia científica tradicional sigue ubicándo al desayuno como una de las comidas más importantes del día, pero ¿por qué?

Una revisión de evidencia científica muestra que desayunar mejora la energía, regula la glucosa y favorece la concentración a lo largo del día. Además, ayuda a evitar atracones y a mantener un metabolismo más estable.

El debate sobre si el desayuno es “imprescindible” volvió a instalarse en los últimos años, especialmente con la popularidad del ayuno intermitente. Según Mayo Clinic, desayunar aporta beneficios metabólicos, cognitivos y hormonales que se reflejan tanto en el rendimiento físico como mental.

Desde una perspectiva fisiológica, el desayuno rompe un ayuno prolongado de entre 8 y 12 horas, lo que permite restablecer los niveles de glucosa, activar la producción de energía y favorecer la concentración. Y si bien el impacto puede variar según cada persona, las investigaciones siguen mostrando que quienes desayunan tienden a tener mejores hábitos generales, mejor calidad nutricional y menor tendencia a compensar con exceso de comida más adelante.

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Cómo impacta el desayuno en la energía y el metabolismo

De acuerdo con las recomendaciones de Mayo Clinic, saltear esta comida puede hacer que el organismo funcione “en baja” durante las primeras horas del día. Esto se debe a que:

  • El cuerpo permanece más tiempo sin recibir energía.
  • Los niveles de glucosa pueden descender, afectando la concentración.
  • La falta de ingesta temprana favorece picos de hambre más intensos durante el resto de la jornada.

Cuando el desayuno incluye hidratos de carbono complejos, proteínas y fibra, la liberación de energía es más estable y permite comenzar el día con mayor claridad mental. Además, desayunar ayuda a regular la insulina y evitar los clásicos “atracones” de media mañana o la tarde.

Los estudios que cita Mayo Clinic también muestran que quienes desayunan suelen tener ingestas calóricas más equilibradas y distribuidas a lo largo del día, en lugar de concentrar el hambre en pocas comidas muy abundantes.

Beneficios cognitivos: memoria, atención y estado de ánimo

El cerebro necesita un aporte constante de glucosa para funcionar correctamente. Un desayuno equilibrado puede contribuir a:

  • Mejorar la capacidad de atención.
  • Aumentar la velocidad de procesamiento mental.
  • Promover un mejor estado de ánimo por la estabilidad en la glucosa.

Además, consumir proteínas y fibra a primera hora ayuda a mantener un nivel sostenido de energía, algo especialmente clave en niños y adolescentes en etapa escolar.

Control del peso y prevención del “hambre acumulada”

Aunque muchas personas creen que saltarse el desayuno ayuda a “ahorrar calorías”, la evidencia muestra lo contrario: quienes no desayunan suelen llegar con mucha más hambre al almuerzo y optan con mayor frecuencia por opciones más calóricas o rápidas.

Un desayuno balanceado contribuye a:

  • Regular el apetito durante todo el día.
  • Evitar picos de insulina que favorecen el almacenamiento de grasa.
  • Reducir el deseo de consumir alimentos altos en azúcar a media mañana.

La institución también señala que los patrones alimentarios regulares, incluyendo un desayuno nutritivo, están asociados a un mejor manejo del peso y menor riesgo de enfermedades metabólicas.

Un desayuno equilibrado debería incluir:

  • Proteínas: huevo, yogur, leche, quesos magros o frutos secos.
  • Carbohidratos complejos: avena, pan integral, granos enteros.
  • Fibra: frutas enteras, semillas, avena, integrales.
  • Grasas saludables: palta, aceite de oliva, frutos secos.

Este tipo de combinación sostiene la energía, protege el metabolismo y mantiene estable la glucosa.

FUENTE: TN