Glaciares en retroceso y reservas de agua en peligro
Uno de los datos más alarmantes es la disminución acelerada del agua en estado sólido. Entre 2015 y 2020, los glaciares de San Juan redujeron su superficie en un 27%, según el Inventario Provincial de Glaciares (2017) y su actualización en 2022.
"Nunca antes habíamos registrado una tasa de reducción tan elevada y sostenida", advirtió Pastore, subrayando la urgencia de adoptar medidas de adaptación.
En San Juan, la distribución del agua sigue un patrón similar al de otras provincias con climas áridos. El 80% del recurso se destina a la producción de alimentos, mientras que el 20% se reparte entre el consumo poblacional, espacios verdes y otras actividades, con un porcentaje mínimo destinado a la minería.
Durante la crisis hídrica 2022-2023, la distribución del agua del río San Juan fue la siguiente:
En tiempos normales, la agricultura suele recibir más del 80% del agua disponible.
Pastore enfatizó que, si bien el impacto humano en la naturaleza es alto, revertir la situación a nivel provincial es muy difícil. Sin embargo, destacó la importancia de adaptarse a esta nueva realidad climática y gestionar el agua de manera más eficiente.
"San Juan enfrenta un reto enorme. No podemos frenar el cambio climático, pero sí mitigar sus efectos y ser más responsables con el uso del agua", concluyó el especialista.