“Murió Carolina, pero podríamos haber muerto nosotras también”, remarcó Emilia Oviedo. Las jóvenes aseguraron que ni el acusado ni sus familiares se acercaron en ningún momento a ofrecer una disculpa o un mensaje de contención. “En el accidente estuvo la hermana del chico este, estuvo todo el tiempo y nunca se acercó, ni siquiera nos miró”, relató Camila. “Nunca hubo un mensaje, nunca hubo nada. Ni de él ni de la familia”.
La recuperación, tanto física como emocional, fue larga y dolorosa. “Tuve que dejar mi carrera. Despertarse todos los días con esta nueva realidad no es fácil”, compartió Camila. Por su parte, Emilia añadió: “Yo perdí todo. Estuve meses en rehabilitación. A mí me llevaban al aeropuerto, estaba de paso, y me cambió la vida para siempre”.
En su declaración, también criticaron la actitud de la familia del acusado: “La esposa de él murió también, pero su familia solo está enfocada en que él salga en libertad, no en pedir justicia por ella”, sostuvo Emilia. “Nosotras estamos acá pidiendo justicia por Carolina y por nosotras. A ella nadie la defiende”.
La escena del dolor se repite también en la familia Sastre. “Era una mesa de cuatro y ahora le falta una pata. Es una mesa que no se puede sostener”, dijo Emilia, al describir el estado actual de los padres y la hermana de Carolina. “Marita, su mamá, trabajaba con ella. Eran compañeras. Eran más que madre e hija”, añadió.
Ambas jóvenes recordaron a Carolina con profunda emoción: “Era pura luz. Buena. Te acompañaba al fin del mundo”, dijo Emilia. “Si hubiéramos sido alguna de nosotras las que fallecían, Caro estaría peleando por justicia como lo estamos haciendo ahora nosotras”.
Respecto a los momentos previos al accidente, ambas sufren amnesia por el golpe recibido. “Mi último recuerdo es del 12 de enero, en un aeropuerto con Caro. El accidente fue el 15 y me desperté en el hospital sin saber qué había pasado”, contó Emilia. Camila atravesó algo similar: “No recuerdo el accidente. Caro me fue a buscar por casa, pero no tengo recuerdos. El golpe fue muy fuerte”.
El caso continúa su curso judicial. Las familias y las sobrevivientes piden que no se cierre con un juicio abreviado y reclaman que se escuche su voz. “Nos sacaron a una persona muy importante. Nos destruyeron la familia a todas. No vamos a parar hasta que haya justicia”, concluyó Camila.
Por Gabriel Rotter