Las llamas se propagaron rápidamente y alcanzaron las habitaciones, destruyendo colchones, muebles y gran parte de los bienes materiales de la familia. En medio del caos, los vecinos acudieron en auxilio de los damnificados, intentando rescatar pertenencias y colaborar hasta la llegada de los bomberos.
Al lugar arribaron bomberos voluntarios de Caucete, efectivos de la División Bomberos de la Policía de San Juan y personal de la Comisaría 9ª, quienes trabajaron de manera conjunta para controlar el fuego y evitar que se extendiera a viviendas cercanas.
Pese al esfuerzo, los daños materiales fueron totales. El golpe es aún más duro para los Riveros, ya que no es la primera vez que sufren un incendio: anteriormente habían perdido su hogar en circunstancias similares, y lo poco que habían logrado recuperar tras aquel siniestro también quedó reducido a cenizas.
La comunidad caucetera comenzó a organizarse para brindar ayuda a la familia, que deberá reconstruir su vida desde cero por segunda vez.