“Estamos en presencia de una violación de secretos y de la privacidad en los artículos 153 y 153 bis, debiendo el fiscal -lo que así se solicita- investigar si dicha filtración se produjo en la fiscalía a su cargo, o si en su defecto, la única parte que tenía el sobre cerrado, sellado y firmado, lo filtró para obstruir la investigación de esta causa, persiguiendo eventuales nulidades o protegiendo inconsistencias que pueda surgir de la prueba que dijo querer preservar”, señala el escrito.
Alberto Fernández sigue aportando testigos
En la última semana, el expresidente presentó nuevos testigos. En este caso, se trata de una niñera que trabajaba en la Quinta de Olivos que prestó declaración ante un escribano, y cuyo testimonio fue adjuntado a la causa que lleva adelante el fiscal Ramiro González. Ahora deberá ser citada a declarar en el expediente.
La niñera declaró ante el escribano que vio hematomas en el cuerpo de Fabiola Yáñez, pero deslizó que podían deberse a “tratamientos de plasma rico en plaquetas”. “Iba una mujer, le hacía el tratamiento, masajes, drenaje linfático, entre otros”, declaró. “Le he visto el machucón de extracción de sangre en el brazo y en la cara le note los pinchazos del tratamiento”, dijo la testigo, denominada "G".
Por su parte, otra testigo, denominada "A", exculpó a Alberto Fernández por los moretones que presentaba Yáñez: mencionó que eran producto del alcohol y se refirió a episodios puntuales en la residencia presidencial y también en Chapadmalal, donde una vez se le cayó su hijo de los brazos, producto de una borrachera. El acta fue entregada fiscalía de Ramiro González.
La "Testigo A", según su declaración, conocía a Fernández por haber trabajado durante 12 años como empleada doméstica hasta el 2017 en el domicilio de Puerto Madero. Ese año, dejó de mantener un vínculo laboral con el expresidente. "En ese momento Alberto estaba iniciando su relación con Fabiola Yáñez (...) quien llevaba a su perrito calabaza a la casa del señor Alberto donde también vivía Dylan", dice el acta.