Tras la polémica generada ante el penúltimo aumento otorgado a empleados legislativos -que estaba atado al de los senadores- del 6,6% para julio y agosto, el pleno de la Cámara alta anuló la suba en cuestión y congeló sus dietas hasta el 31 de diciembre, en una votación unánime, con 65 adhesiones.
En noviembre pasado, en un movimiento que ayudó a descomprimir la presión y bajar las fuertes críticas de empleados cumplidores -suelen ser los más perjudicados- contra los gremios legislativos -APL, de Norberto Di Próspero, el sindicato más importante-, el Congreso cerró una paritaria casi idéntica a la del Ejecutivo con estatales: una suba de 6,13% -acumulado-, de septiembre a diciembre. No corrió para los senadores, que tenían vigente el congelamiento hasta fin de año.
Cerca de finales de 2024, varios senadores presionaron a Villarruel para que se hiciera cargo de un asunto que, en realidad, los propios legisladores habían votado en el recinto. Lo más curioso es que, ante diversos medios acreditados en el Congreso, los bloques explican que la dieta queda limada por Ganancias -agarra muchos conceptos-, sumado a los alquileres en la Ciudad y otras yerbas que, en sus casos, generan enojo.
En realidad, son muy pocos quienes se animan a decir en público no sólo eso -y que están mal pagos; mucho más el Presidente y sus ministros, agregan-, sino también el lastre principal que tiene la política desde hace décadas: su financiamiento. Hasta que eso no se discuta de verdad y sin barbijos, estos inconvenientes se convertirán en moneda corriente. En el Caso de la Cámara alta, el momento es más que complejo. El Gobierno lo sabe y buscará aprovecharlo.
Otras dos cuestiones movieron el avispero del Senado en las últimas semanas: los empleados del Congreso aguardan que al menos se replique la paritaria de la administración central -suele ocurrir al mes siguiente y las observaciones a Di Próspero se acumulan en los pasillos, más allá del respeto y temor que se le tiene al gremialista-, y hay bancadas que pretenden equilibrar la disparidad de módulos que tienen asignados, con hiperinflación, el kirchnerismo y el radicalismo, entre otros.