Sobre el Scaloni futbolista, el Papu lo describió como “insoportable, en el buen sentido. Activo, con mucha energía, siempre a mil. Era muy querido en el vestuario”.
Pero también valoró su presente como DT: “Fue muy vivo en la parte de gestión: hizo una renovación muy buena después de Rusia 2018, rodeó bien a Leo (Messi) con jugadores talentosos que se iban a matar por él. Es cercano al jugador, te va de frente y no dice boludeces. Eso generó un ambiente de armonía”.
Gómez repasó su camino en la Albiceleste, donde pasó de suplente a ser clave en la Copa América 2021: “Cuando me llama, venía de ser el jugador del mes en Italia y no jugué un minuto. Era difícil porque comparto puesto con los mejores del mundo. Pero jamás una cara de culo, jamás nada. Entrenaba a morir. Terminé jugando la Copa América y siendo importante, demostrando que podía jugar”.
Incluso reveló su recomendación para incorporar a Cristian “Cuti” Romero: “Me vino a preguntar por un central izquierdo y le dije: ‘Llevate a Cuti, que es un crack’. Primero me convocó a mí y después lo convocó a él”.
El impacto de la sanción por doping
Sin esquivar el tema, Gómez habló de la suspensión que lo alejó de las canchas:
“No quiero hacerme la víctima. El boludo fui yo, que tomé un jarabe para la tos de mi hijo que no podía tomar. Me la comí y acá estoy. Los primeros meses fueron durísimos, tenía bronca con todo, me aislé, trabajé con psicólogos y conmigo mismo. De a poco pude levantarme”.
El mediocampista reconoció que llegó a alejarse del fútbol y replantearse su futuro: “No quiero que me retiren así. Me quiero retirar cuando yo quiera. También por mis hijos, para que vean que su papá siguió peleándola y volvió a hacer lo que más le gusta: jugar”.
Finalmente, valoró el respaldo que recibió: “Me sorprendió la gente que desapareció, pero también la que apareció de la nada. Conocí más gente en estos dos años como exjugador que en los seis que estuve en Atalanta”.