1. “El fútbol es un juego de equipo, y el que mejor trabaja en equipo, gana”
El éxito para Russo no dependía del talento individual sino de la integración y cooperación del grupo. “La clave estuvo en la unión de grupo”, decía, convencido de que la fuerza de un equipo se construye en conjunto.
2. “Soy claro y no miento”
La honestidad y la transparencia fueron sus pilares en la relación con los jugadores. En 2003, en El Gráfico, explicó: “Si marcás las reglas de entrada, es más simple. Tengo capacidad de trabajo y honestidad en todos mis actos. Me considero querido dentro del ambiente”.
3. Su reflexión sobre la derrota
Russo creía en aprender de cada caída y en valorar los pequeños detalles de la vida. “Uno necesita darle más valor a la vida, a pequeños detalles… y luchás para modificarlo”, reflexionó en 2011.
4. Ser sostén de su familia
Hijo mayor de ocho hermanos, Miguel trabajó desde niño para mantener a su familia tras la muerte de su padre. Contó que todo lo que ganaba en sus primeros trabajos iba para su madre y que desde joven supo que la disciplina y el esfuerzo eran inseparables del éxito.
5. Luchar contra el cáncer con dignidad
Russo enfrentó su enfermedad con coraje y discreción. En 2024, explicó: “Nunca me entró en la cabeza la dimensión de la enfermedad, la dejé de lado… Le tuve respeto, dedicación y confío en los médicos. Pero la gente no puede ni tiene que saberlo, son cosas íntimas”.
A lo largo de su vida, Russo se ganó el respeto de colegas, jugadores y fanáticos no solo por sus títulos, sino por su capacidad de enseñar y liderar con ejemplo. Su frase inmortal, “Son decisiones”, seguirá recordando su pasión por el fútbol, su mirada sensata y su estilo único de conducción.