La dinámica de la banda quedó detallada: Sotacuro Lázaro, como líder, se ubicaba por encima de ‘Pequeño J’, mientras que otros integrantes tenían roles específicos, desde producción y transporte de droga hasta ventas callejeras. Según González Guerrero, la violencia ejercida contra las víctimas está directamente relacionada con una operación de robo de cocaína de gran volumen.
Tras los asesinatos, los imputados intentaron borrar evidencias: quemaron camas, colchones y sábanas de la casa donde se cometieron los crímenes y descartaron la camioneta Chevrolet Tracker blanca usada para trasladar a las víctimas. González Guerrero aseguró que los cuerpos de las jóvenes fueron enterrados en la vivienda, información que le fue revelada por Ozorio.
El fiscal Arribas destacó que la declaración de la imputada permitió “arrojar luz” sobre hechos que ya se investigaban y adelantó que se realizarán 20 allanamientos en Flores para recuperar celulares y más pruebas que vinculen a la banda con la muerte de Brenda, Morena y Lara. Además, se espera la apertura de los teléfonos de los primeros siete detenidos para avanzar en la identificación de todos los responsables, incluido Alex Roger Ydone Castillo (50), de nacionalidad peruana, vinculado al operativo de traslado de las víctimas.
La causa sigue sumando elementos que evidencian una brutal organización narco detrás del triple femicidio, donde la violencia, la droga y la planificación criminal se entrelazan en un hecho que conmocionó a la sociedad.