Bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico. Qué viene luego, por qué importa y qué riesgos no deben ignorarse.
Bitcoin volvió a hacer historia. Durante la última semana escaló hacia un nuevo ATH (All-Time High): más allá de los desafíos macroeconómicos, los flujos institucionales y el interés de los inversores están impulsando su cotización hacia territorios inéditos.
Este nuevo récord no llega por azar. Fondos ETF en EE.UU. están recibiendo entradas masivas, lo que fortalece la demanda institucional por activos digitales. Además, especialistas proyectan que BTC podría alcanzar entre USD 150.000 y USD 160.000 antes de fin de año, en escenarios optimistas que consideran liquidez global, recortes de tasas y adopción creciente.
Para usuarios argentinos, este nuevo ATH es más que una noticia: refuerza la narrativa de Bitcoin como reserva digital frente a la depreciación local. Muchos podrían verlo como opción de refugio o instrumento de inversión, siempre y cuando tengan acceso a exchanges confiables.
No obstante, hay que cuidarse: operar en dólares cripto sigue conlleva riesgos cambiarios, comisiones y exposición al dólar. Pero si la corriente institucional se mantiene, Bitcoin comienza a consolidar su lugar no solo como activo de nicho, sino como protagonista en carteras diversificadas.
Esta nota tiene fines exclusivamente informativos y no constituye asesoramiento financiero ni una recomendación de inversión. Las criptomonedas son activos volátiles y su valor puede variar significativamente en cortos períodos de tiempo. Antes de invertir, se recomienda informarse adecuadamente, evaluar los riesgos y utilizar plataformas seguras y reguladas.
*Por Juan Rondi
