Como todos los fines de semana, la emisión del sábado pasado de PH, Podemos Hablar, el programa conducido por Andy Kusnetzoff en Telefe, tuvo más de un momento emotivo. Pero el relato que hizo María Fernanda Callejón sobre el abuso que sufrió cuando era una niña dejó a todos sin palabras. La actriz abrió su corazón y no pudo evitar las lágrimas al recordar el repudiable hecho que vivió, y se refirió a la importancia de la contención de los seres queridos para poder salir adelante en casos como estos.
Callejón transportó con su relato a Kusnetzoff y los demás presentes a Villa Carlos Paz, donde ella se crió, cuando tenía entre nueve y diez años. Vivió una infancia muy feliz, con sus padres presentes, quienes nunca se imaginaron que su hija estaba desprotegida ante la presencia en su hogar de un pariente lejano.
“A esa edad nunca me hubiese quedado sola en mi casa, porque vivía en el medio del campo. Todo el mundo conoce Villa Carlos Paz como si fuese la gran ciudad, pero en invierno es un pueblo. Lo digo con mucho amor. Y en honor a mi vieja, ella nunca me dejaba sola a la noche. Pero en esos días vino un tío lejano, era primo de mi abuelo de parte de mi padre, a arreglar el auto. Y se quedó unos días. Se quedaba en el taller… Hace poco hablé con mi viejo y le pregunté cuánto tiempo se había quedado, y me dijo ‘como tres meses’. No tenía claro cuántas veces había pasado. Fue sistemático…”, comenzó con su relato Callejón.
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“A la tarde yo tomaba la leche y miraba la televisión, miraba a Andrea del Boca. Entonces, el hombre le decía a mi papá que quería ir al baño porque en el galpón no había baño. Era la excusa para entrar a mi casa. Lo hacía a la tarde, cuando mi mamá llevaba a mi hermana a inglés y yo me quedaba sola. Él iba al baño y cuando volvía hacía lo que tenía que hacer, que era abusar de mí… Mi papá nunca se enteró… Es difícil”, tuvo que interrumpir su relato por las lágrimas.
Según su testimonio, en hechos de este tipo se “despierta un mecanismo de defensa en las mujeres”, motivo por el cual recién pudo hablar de lo sucedido a los 52 años, cuando se lo contó a su marido, Ricky Diotto. En ese sentido, se refirió a la importancia que tiene la contención de parte de los allegados de quien alguna vez sufrió un abuso.
“Cuando era chiquita pensaba que mi papá lo iba a matar (a su abusador) y que él iba a ir preso. Ese era uno de los motivos por el cual no lo contaba. No hay ninguna posibilidad de que después de pasar por eso tan traumático puedas contarlo. Tenés que hacer tu proceso y eso es muy difícil, sobre todo en ese contexto hace tantos años. Hoy es distinto”, aseguró.
“Por eso, quiero decirles a los padres que no se confíen. Porque a veces uno se confía porque es un padre presente, como yo, o mi mamá, que era una madraza terrible. Y sin embargo, me pasó. Hay que estar atento porque suele suceder que esta gente está activa cuando menos te lo imaginás, no podés descuidarte ni un segundo. Lo bueno es hablar”, señaló.
Mirando fijo a cámara, la actriz siguió desarrollando ese concepto, en torno a poner en palabras los hechos de abuso: “Vos, que sos mamá o papá: hablá. Hablá con tus amigos. No tengas miedo de decir la verdad. Con un compañero, un amigo, una amiga… Esto no tiene que ver con el género: me parece que es lo más sano que podemos hacer. La verdad que lo que me pasó me marcó”.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas.