Antonela Roccuzzo lo alentó en uno de los palcos del estadio y se mostró feliz por los dos goles que convirtió el mejor futbolista del mundo. El otro tanto lo convirtió Lautaro Martínez.
El capitán de la Selección Argentina, de 38 años, salió a la cancha acompañado de sus tres hijos, Mateo, Ciro y Thiago y cantó el himno nacional visiblemente emocionado.
Ya en la entrada en calor previo al partido, cuando los jugadores salieron a hacer los primeros movimientos, Messi se quebró ante la ovación de la gente.
"Son muchas emociones. Siempre es una alegría jugar en Argentina, poder terminar de esta manera acá es lo que siempre soñé, poder estar con mi gente por muchos años. Tuve cariño en Barcelona, lo tengo y mi sueño era tenerlo acá también en mi país con mi gente", dijo el capitán argentino una vez terminado el partido en declaraciones desde el campo de juego.
Y agregó recordando todos los momentos buenos y difíciles que vivió con la Selección Nacional: "Durante muchos años se hablaron muchas cosas pero bueno, me quedo con todo lo bueno que hicimos con el grupo que lo intentó, que no consiguió consagrarse y bueno, después se me dio a mí. Todo lo que vimos fue hermoso".