La tragedia ocurrió en el hospital de Valme, en Sevilla, en Andalucía (sur de España). Rocío Cortés Núñez, de 25 años, estaba siendo trasladada en una camilla después de un parto por cesarea. Según informaron medios españoles, cuando la mujer fue introducida en el ascensor falló el dispositivo de control de cierre de las puertas y el elevador subió hacia arriba cuando la camilla no había ingresado completamente. La mujer, cortada por la mitad, murió en el acto. Los bomberos tuvieron que trabajar durante dos horas para recuperar el cuerpo.
"Veníamos por una felicidad y nos han quitado una vida", dijo, destrozado por el dolor, Fernando, uno de los siete hermanos de Rocío Cortés Núñez.
"Estoy hecho un trapo", afirmó por su parte José Gaspar, el marido de la joven, con quien estaba casado desde hace cuatro años. "Esto no puede quedar así. Hoy ha sido Rocío pero mañana puede ser otra persona", dijo.
El padre de Rocío, Juan Manuel Cortes, se enteró del accidente una vez llegado al hospital. Había acudido para el nacimiento de la nieta y jamás hubiera esperado recibir la noticia de una tragedia. "¡Me la han matado! ¡A mi hija me la han matado!", gritó. "Mataron a mi hermosa hija, la alegría de mi vida y dejaron a tres niñas sin su madre", manifestó.
Las otras dos hijas de la mujer, Carmen y Rocío, tienen cinco y cuatro años. La recién nacida se salvó porque después del nacimiento había sido trasladada a la UCI neonatal del hospital Virgen del Rocío, debido a una cardiopatía que sufre.
La madre de Rocío, en cambio, dijo que comenzó a preocuparse cuando llegó al hospital y se enteró de que un había ocurrido un accidente en el ascensor. "Me dio un vuelco el corazón. Pregunté por mi hija pero nadie me decía nada. Entonces me fui a Información. Allí me comentaron que había muerto una muchacha. Luego me confirmaron que era mi hija. ¡Qué muerte más cruel ha tenido!", dijo.
El cuñado de Cortés Núñez, David, la describió como una persona solar y positiva. "Era un cascabel", dijo. "Cuando no encontraba soluciones a los problemas se reía de ellos".
Tras el accidente, la familia de Rocío presentó una denuncia "para pedir responsabilidades". Según amigas de la víctima, el ascensor "estaba sufriendo averías desde hace un mes". La empresa responsable del mantenimiento, sin embargo, aseguró que el elevador había pasado "sin incidentes" todas las inspecciones obligatorias, la última de las cuales había sido el 12 de agosto.
La Junta de Andalucía también abrió una investigación interna. Aunque la consejera de Salud, Marina Álvarez, también aseguró que el ascensor "había pasado todos los controles y cumplía con la reglamentación".
Fuente: infobae
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