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El trágico destino de una mujer que se enamoró de un femicida preso

Se conocieron por carta. Él cumplía una condena por femicidio. Ella se enamoró y se casaron. Todo terminó de la peor manera la noche de bodas.

Una historia de amor que se convirtió en tragedia fue lo que sucedió en la aldea siberiana de Prokudskoye. Oksana Poludentseva, de 36 años, conoció a Stepan Dolgikh, de 33 años, cuando éste estaba en prisión por un femicidio, tras haber matado a su propia mujer. La pareja inició una relación por carta, en la que Oksana pensó que podría cambiar a su pareja. Pero lamentablemente, no fue así.

Cuando Stepan quedó en libertad, la pareja decidió formalizar su relación mediante el matrimonio. Todo parecía perfecto, pero durante la celebración en una casa de la aldea, las cosas se complicaron. El consumo de alcohol y el carácter colérico de Stepan formaron una mezcla explosiva que terminó en otro femicidio.

Durante la fiesta, Oksana estaba divirtiéndose cuando Stepan se acercó violentamente y la acusó de "comportarse de forma incorrecta", en clara alusión a su actitud con algún hombre invitado. Oksana intentó razonar con él, pero Stepan comenzó a golpearla brutalmente. La agresión comenzó en el interior de la casa de bodas, pero continuó en el exterior.

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Según explicó el investigador jefe Kirill Petrushin a la agencia de noticias NGS, “comenzó a golpearla y patearla fuera de la casa. La agarró por el pelo, la golpeó, la empujó a la calle, donde también siguió golpeando su cuerpo y cabeza. Cuando acabó con su vida, la arrojó a un barranco cercano”.

El femicidio fue brutal, y Stepan confesó su culpabilidad durante la investigación, aunque no mostró arrepentimiento. "Tenía celos de ella con uno de los invitados", dijo Petrushin. "A su marido le pareció que se había comportado de forma incorrecta, lo que provocó un escándalo. Todos los demás le tenían miedo, así que intentaron intervenir, pero no pudieron frenar el crimen".

La pareja se conoció mientras Stepan cumplía una condena en prisión por delitos anteriores. Oksana conocía su historial delictivo, pero confiaba en que él podía cambiar. Desafortunadamente, ese cambio nunca llegó, y la joven rusa quedó inconsciente tras los golpes que recibió en la cabeza. Según la autopsia, las patadas en el tórax fueron mortales.

Después de un juicio breve que contó con decenas de testigos y la confesión de Stepan, éste fue condenado a 18 años de prisión por su segundo femicidio. Una historia de amor que terminó en tragedia, recordándonos que las segundas oportunidades no siempre son lo que parecen.

FUENTE: A24