El policía, identificado como Enzo Joel Arancibia, asumió su culpabilidad y fue condenado, pero no irá preso.
Este martes, la Justicia condenó a un policía que completamente alcoholizado le disparó a sus vecinos porque no le querían vender droga.
En juicio abreviado, el imputado Enzo Joel Arancibia, asumió su culpabilidad y acordó su defensa con la Fiscalía, en homologación con el juez de Garantías Diego Sanz. Tras el acuerdo, el agente Arancibia fue condenado a un año de prisión de cumplimiento condicional por ser penalmente responsable del delito de amenazas agravadas por el uso de arma de fuego en concurso real con abuso de armas, en perjuicio de Carlos Molina.
La investigación estuvo a cargo de la UFI Delitos Especiales a cargo del fiscal Coordinador Francisco Micheltorena y de los ayudantes fiscales Francisco Nicolía y César Recio.
El hecho ocurrió a las 8.20 del sábado 24 de agosto, en el interior del barrio Ruta 20, en Caucete. El policía Enzo Arancibia, que estaba vestido de civil, sacó su arma reglamentaria en mano y a las corridas y a los gritos de “LOS VOY A MATAR A TODOS” comenzó a disparar contra sus vecinos Carlos Molina (23), sus amigos y hermanos. Todos comenzaron a correr en diferentes direcciones hasta que lograron refugiarse en la casa de Molina.
Antes de la balacera, Arancibia estaba junto a unos amigos ingiriendo bebidas alcohólicas en la vereda de una casa y Molina también en otra vivienda, a una distancia de 30 metros los dos. Arancibia, en evidente estado de ebriedad, les exigía a los hermanos Molina que le dieran “un faso” y cocaína y como éstos se negaron, y por conflictos de vieja data, el condenado se ofuscó, los insultó y amenazó que los iba a matar.
Llamaron al 911 y al llegar el personal policial al lugar, Arancibia se escondió en la casa de su tío. Su tía manifestó a loa efectivos que su sobrino amenazaba con quitarse la vida y los dejó ingresar y estos lo calmaron, les entregó el arma y luego lo detuvieron.
