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Irá 30 años preso por intentar matar a sus hijos y a su expareja

A un año del ataque, Miranda admitió que baleó a sus hijos de 4 y 9 años y a su expareja y acordó el juicio abreviado.

El agresor, de apellido Miranda, asumió su responsabilidad, admitió que le disparó a sus hijos y a su expareja y hoy fue condenado a 30 años de prisión efectiva.

El fiscal Eduardo Martínez Yanzón y la defensora Filomena Noriega acordaron el juicio abreviado. En este marco, este viernes, el Tribunal integrado por Flavia Allende, Celia Maldonado y Gerardo Fernández Caussi lo condenaron por tres cargos por homicidio en grado de tentativa agravados por el vínculo (dos por ser ascendente y otro por ser su expareja), agravado por el uso de arma de fuego, y agravado por violencia de género en el caso de la mujer.

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La víctima estuvo presente en la sala y con mucha fortaleza enfrentó la audiencia. Una vez que se conoció la condena y al salir de la sala, rompió en llanto.

El imputado permaneció en silencio durante toda la audiencia y decidió no decir unas últimas palabras antes de conocer la sentencia. Miranda estará 30 años en el Servicio Penitenciario Provincial y permanecerá en prisión preventiva hasta que quede firme la condena.

EL HECHO

El miércoles 22 de noviembre de 2023, alrededor de las 16, el agresor le manifestó a su expareja que quizás tenía un trabajo en Jáchal, que se iba a ausentar por un mes, que quería ver a los chicos y hablar del tema de la comida y del dinero y quedan de acuerdo para juntarse en la casa a las 20.30. El señalado llegó cerca de las 21.30, se llevó a los chicos a tomar un helado y volvió a las 23. Los chicos comieron mientras el acusado seguía allí, tomando una cerveza. Luego los chicos salieron a jugar con su padre y al no lograr que el menor se duerma, le dijo que hablen porque se había hecho ya muy tarde.

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Ambos se sentaron en el comedor y hablaron sobre una posible cuota alimentaria, y de la nada comenzó a decirle que no metiera a cualquiera a la casa, que él estaba todas las noches afuera de la casa. Como la charla seguía en este sentido le pidió que se vaya que, sino llamaría a la Policía y, en ese momento, el imputado sacó un arma de fuego de su bolsillo, le apuntó a la víctima a la cara y le dijo “te voy a matar a vos y a los niños, vamos a salir todos muertos de aquí”.

El niño más chico seguía jugando sin darse cuenta de lo que ocurría. La victima tomó una silla de caño y se trató de cubrir, y gritó el nombre de su vecina. Por los gritos, el hijo más grande se despertó e intentan refugiarse los tres en la habitación, cerrando la puerta, la cual logró abrir el imputado.

Llevó a la mujer de los pelos al baño y, como el niño más grande estaba abrazado a su madre también es arrastrado al baño, el imputado todo el tiempo los apuntaba. Cuando se dio cuenta el imputado que la víctima a escondidas llamó al 911, los sacó del baño y los tres (madre y sus hijos) se tiran en la cama de la habitación, el hijo mayor le dijo al padre que por favor no fuera malo. Luego de esto, apuntándole, le dijo a la denunciante que escribiera en una hoja de papel el nombre de todos los hombres con los que había estado. Cuando el imputado se dirigió a cerrar la puerta, la víctima intentó escapar y ahí escucha los disparos, siente algo en la cabeza luego se desvanece unos segundos.

Cuando la mujer recobró el conocimiento y ve cómo le apuntaba a su hijo menor con el arma y ve a su hijo mayor tirado en el piso y advierte que éste tenía una herida en la cabeza, trató de sacar al niño de 9 años arrastrándolo hacia afuera. Luego entró a la habitación y sacó al menor en brazos, que también había recibido un disparo.

El imputado estaba tirado en el suelo y desde ahí le volvió a gatillar sin salir el disparo. La víctima aclaró que mientras disparaba se drogaba metiéndose un polvo blanco en la nariz.