El proyecto comenzó en mayo con el desafío de crear una solución innovadora y amigable con el medio ambiente. Dos de los estudiantes conocieron el concepto en un evento deportivo en Chile y, desde allí, adaptaron la idea utilizando materiales accesibles. Las cápsulas están elaboradas con alginato de sodio, un compuesto natural proveniente de algas, y cloruro de calcio apto para uso alimenticio.
“El proceso consiste en sumergir una solución de alginato en otra de cloruro de calcio; por difusión se forma una membrana gelatinosa que encapsula el agua. Si no se consume, se degrada por completo”, explicó Tarabay.
Las cápsulas podrían utilizarse en eventos deportivos, escolares o recreativos como una alternativa ecológica para reducir residuos plásticos.
El jurado destacó el carácter innovador, escalable y sustentable del proyecto. La profesora contó que inicialmente quedaron entre los cinco finalistas y luego recibieron la noticia de que se habían consagrado ganadores.
El premio incluye equipamiento tecnológico para la institución, kits de robótica para los alumnos y certificaciones de la Universidad Siglo XXI para docentes y estudiantes. Además, el grupo participará en la 31ª Conferencia de la UIA, donde recibirá una mención especial.
El director de la escuela, Eduardo Yañez, valoró el esfuerzo y compromiso ambiental de los jóvenes, y resaltó la autonomía con la que trabajaron. También comentó que la institución analiza la posibilidad de patentar la innovación para continuar desarrollándola.
El programa “La Industria Inspira” tiene como objetivo conectar a la educación técnica con el ámbito industrial, promoviendo proyectos estudiantiles que brindan soluciones a problemas reales a través de mentorías empresariales.