Tras los hechos de violencia, J.V. decidió finalizar la relación y se trasladó a vivir a la casa de su madre junto a sus hijos y su hermana menor de 14 años, a quien se encuentra al cuidado.
No obstante, el 24 de abril de 2025, el condenado protagonizó una serie de episodios que derivaron en la denuncia penal. Cerca de las 2:30 de la madrugada, se presentó en motocicleta en el domicilio de su ex pareja y arrojó piedras contra la puerta de ingreso. La víctima y su hermana escucharon los ruidos y lograron identificarlo antes de que se retirara.
Horas más tarde, alrededor de las 11:30, Chena volvió al lugar y, desde su motocicleta, amenazó a J.V. con la frase: “Ya te voy a enganchar en la calle”. La mujer llamó al 911, pero cuando arribó el móvil policial el acusado ya se había dado a la fuga.
El tercer y más grave episodio ocurrió esa misma noche, cerca de las 20:30, cuando Chena interceptó a la víctima en la vía pública, en inmediaciones del ingreso al Barrio Sierras de Marquesado, mientras caminaba junto a su hermana. Al advertir su presencia, J.V. intentó comunicarse nuevamente con el 911, momento en el que el agresor le arrebató el teléfono celular —un Motorola Moto G4— y lo arrojó al suelo, provocando daños. Antes de huir, la amenazó diciéndole: “Te voy a dejar renga”.
El temor generado por estos hechos llevó a la mujer a presentarse de inmediato ante la Unidad Fiscal CAVIG para radicar la denuncia y solicitar nuevas medidas de protección.
En la sentencia, el tribunal hizo lugar al acuerdo alcanzado, declaró la culpabilidad del imputado y tuvo en cuenta que Chena registraba una condena previa, lo que influyó en la imposición de una pena de cumplimiento efectivo. Asimismo, dispuso su detención preventiva hasta que el fallo adquiera firmeza.