En ese momento, dos efectivos de la Policía Ciclística que patrullaban la zona advirtieron la situación e intervinieron. La reacción de los delincuentes fue violenta: se produjo un forcejeo que terminó con uno de los policías golpeado y herido.
Finalmente, los uniformados lograron reducir a los cuatro sospechosos. El mayor de ellos fue identificado como Axel Ariel Balmaceda, de 18 años, oriundo de Villa Evita, Albardón, quien fue puesto a disposición del sistema de Flagrancia por el delito de robo doblemente agravado por ser en poblado y en banda con participación de menores, resistencia a la autoridad y lesiones.
Los tres cómplices, de 15 años, fueron entregados a sus padres por orden de la jueza María Julia Camus, titular del Segundo Juzgado Penal de la Niñez y Adolescencia, sin formación de causa penal por su edad.
El segundo episodio se registró casi en simultáneo, pero en el departamento Caucete, donde un efectivo policial fue víctima de un robo mientras cumplía servicio adicional.
Los delincuentes —una pareja conocida en el ambiente delictivo local— ingresaron a la vivienda del uniformado, ubicada en la zona de calles La Plata y Colón, y sustrajeron una moto Brava 250cc y una bicicleta mountain bike rodado 29.
Cuando el policía regresó a su casa, se encontró con el lugar revolvado y con sus pertenencias faltantes, por lo que dio aviso de inmediato al 911.
Poco después, personal de la Comisaría 37ª halló la motocicleta robada en la intersección de Colón y Avellaneda, completamente destruida tras chocar contra un Volkswagen Polo. El conductor del auto relató que, tras el impacto, los ocupantes de la moto huyeron corriendo, abandonando el rodado dañado en el lugar.
Vecinos de la zona reconocieron a la pareja sospechosa y la señalaron como los presuntos responsables, conocidos por sus repetidos antecedentes y apodados en el barrio como “Bonnie y Clyde”. La Brigada Este y la UFI de Delitos Contra la Propiedad llevan adelante la investigación para lograr su captura y esclarecer el hecho.
Una escalada que preocupa
Estos dos hechos se suman a una serie de robos ocurridos en los últimos días en distintos puntos de la provincia, muchos de ellos con características similares: delincuentes jóvenes, violencia física y un marcado nivel de impunidad.
En menos de una semana, varios efectivos de la fuerza han resultado víctimas o heridos en intentos de robo, lo que genera creciente preocupación dentro de la Policía de San Juan. La repetición de ataques contra personal policial —tanto en servicio como fuera de él— pone de manifiesto un deterioro en la seguridad pública y un desafío cada vez mayor para las autoridades judiciales y de seguridad.