La denuncia fue presentada a mediados de año, y tras los testimonios y pericias correspondientes, el acusado terminó admitiendo su responsabilidad. El proceso judicial se resolvió mediante un juicio abreviado, instancia en la que el imputado reconoció su culpabilidad y aceptó la pena acordada entre la fiscalía y la defensa.
El juez Mariano Daniel Carrera Pedrotti dictó una condena de tres años de prisión condicional, lo que significa que el hombre cumplirá la pena en libertad, pero bajo condiciones estrictas. Entre ellas, no podrá acercarse ni tener contacto con la víctima ni con su entorno familiar.
La sentencia fue solicitada por la fiscal del caso y la defensora oficial, quienes participaron del acuerdo judicial que permitió cerrar la causa sin llegar a juicio oral.
Una herida abierta
Aunque la condena establece la responsabilidad penal del acusado, la decisión judicial de mantenerlo en libertad deja abierta la discusión sobre las penas en delitos sexuales intrafamiliares, especialmente cuando las víctimas son menores de edad.
El fallo marca el cierre de un proceso judicial, pero no borra el impacto emocional ni las secuelas que suelen dejar este tipo de agresiones en el entorno familiar.