Cuando hay picazón, sensibilidad o descamación, no siempre se trata de sequedad: puede ser suciedad acumulada. “Si no te lavás el cabello con regularidad, el sebo se acumula y contribuye a la proliferación de hongos, lo que provoca dermatitis seborreica o caspa”, detalla King.
La tricóloga Sophia Emmanuel, nacida en Jamaica y radicada en EE.UU., lo resume así: “No lavarse lo suficiente puede intensificar los problemas del cuero cabelludo y hacerlos más difíciles de tratar”.
Señales que no hay que ignorar
- Brillo apagado y sensación pesada. Es la primera alerta de exceso de sebo y productos acumulados.
- Picazón o enrojecimiento. Indica que el cuero cabelludo necesita aire y limpieza.
- Pérdida de volumen o caída de pelo. “Lavarse con menos frecuencia se asocia con mayor riesgo de caída, porque la grasa y los contaminantes inflaman el folículo”, advierte King.
- Residuos en las raíces. “Cuando los productos no se enjuagan por completo, dejan un residuo pegajoso e insoluble”, explica TerraRose Puncerelli, estilista de celebridades de Los Ángeles.
Su consejo es simple: hacé un doble lavado —el primero para eliminar suciedad, el segundo para limpiar a fondo— y no te olvides de masajear el cuero cabelludo con las yemas de los dedos, no con las uñas.
El champú, ¿va antes o después del acondicionador?
El dermatólogo colombiano Mario Toledo rompe el mito: “Lo primero que debe ir es el acondicionador, porque protege la fibra capilar y sella la cutícula, evitando que el agua la dañe”. Aplicarlo antes del champú ayuda a prevenir el frizz y mantiene el brillo natural.
La frecuencia ideal
No hay una regla universal, pero los especialistas coinciden en que lo mejor es no dejar pasar más de tres o cuatro días entre lavados. Todo depende del tipo de cabello:
- El pelo fino o graso puede necesitar lavarse día por medio.
- El rizado o seco puede espaciarse un poco más.
- Y en todos los casos, es clave elegir un champú suave y evitar el exceso de productos.
Cuidar el cuero cabelludo no es una cuestión estética: es salud. Un lavado regular, productos adecuados y una rutina consciente son el trío perfecto para un pelo fuerte, brillante y sin molestias.