En simultáneo desde el hospital de niños J. Vilela dieron cuenta del ingreso de un bebe sin vida y reportaron el diagnostico médico.
Como sucedieron los hechos
Eran las seis de la tarde del jueves cuando Marta Beatriz Canelo de 32 años, regresaba junto a su hija Mónica Dominga Luciana Canelo de 15 y el pequeño hijo de la adolescente, llamado Geremías Nicolás Canelo de tres meses de vida.
La abuela Marta, su hija Mónica de 15 y la bebé de ésta de tres meses, Geremías, fueron hasta un dispensario de la zona para controlar el estado del pequeño; cuando caminaban de regreso por adyacencias a la esquina de 25 de Mayo y Rivarola de barrio Godoy, detrás del cementerio La Piedad en el cardinal oeste rosarino, apareció en escena y montado arriba de un carro, la ex pareja de la adolescente, un muchacho de 23 años que es el padre del pequeño.
Los gritos de la abuela
Marta Beatriz Canelo, de 32 años, tomó a su nieto en brazos y le dijo a su hija que corra porque su vida corría peligro, entonces ella protegió al bebé en sus brazos, pero el muchacho J. M. B. de 23, bajo del carro y corría hacia adonde estaba ella.
El joven estaba fuera de sí, le sacó el bebé de los brazos a su abuela, lo tomó por los pies y le golpeó la cabeza contra el cordón del asfalto; los vecinos de barrio Godoy reaccionaron ante la locura desatada en medio de gritos y de llantos.
Los lugareños a pesar de no poder de estar atónitos por el suceso, reaccionaron de la única forma posible, persiguieron al agresor, lo apresaron, avisaron a la Policía y minutos éstos lo detuvieron.
El bebe ingresó fallecido
Simultáneamente un vecino del barrio llevó a la abuela, la madre y al bebé hasta el hospital de niños J. Vilela, pero los médicos constataron que ingresó fallecido, diagnosticándole que la víctima padeció: traumatismo de cráneo grave, con estallido de cráneo y desplazamiento a nivel temporo parietal bilateral, presentando leve excoriación en el dedo meñique de la maño izquierda.
Los familiares del bebé, vecinos del barrio, los médicos del hospital, los policías y el juez, devastados.