De repente, todo explotó entre Walter Erviti y Banfield: el club, a través de su presidente, Carlos Portell, impidió su traspaso a Boca y el jugador rompió relaciones con el directivo: "Mi relación está terminada con él".
"Nunca fue claro conmigo, ni con el tema del dóping, no me cuidaron cuando unos hinchas vinieron a insultarme, ni con todo lo que se habló del tema de Boca", recordó el jugador en radio La Red.
Los argumentos de Erviti fueron más allá: "Me ha costado mucho estos días tratar de ser transparente y claro. He tenido que evitar a los periodistas para no hablar de más", dijo, respecto del enfrentamiento que tiene con Portell.
Y pese a que en las explicaciones del por qué de su rebelión se acumula más de un ápice, todo parece indicar que su frustrado pase a Boca es el verdadero motivo de la disputa.
"Más que dejar la concentración del plante, por esta situación pensé en dejar de jugar el fútbol", confesó.
Y agregó: "Esto va mas allá de que un club me quiera, no me he sentido cuidado, he escuchado por todos lados que soy el ídolo del club y no me he sentido cuidado, por eso mismo mi reacción, pero todo tiene un límite".
La sentencia del volante obligó a la pregunta sobre la intensidad que pondrá en los entrenamientos con "El Taladro": "Banfield siempre fue mi prioridad y el hincha se merece todo mi respeto. Seguiré trabajando en el club, pero ya no es lo mismo. El técnico me dijo que me quiere en club, pero también que no me ve bien".
