Allí también se secuestraron maderas, pallets y cubiertas similares a las utilizadas para quemar el cuerpo de la víctima, además de un bidón con restos de combustible.
Sumándose al escenario ritualista, se hipotetiza que detrás del femicidio hubo una venganza: Hernández habría asesinado a Fernanda porque el bebé que esperaba no era de él sino de Kevin Carrasco, un hombre que está preso en la cárcel de Cutral Co y reconoció la paternidad.
"Volvé y vas a ver"
Mientras tanto, según relató la abuela de Pereyra -quien reside en Mendoza- el principal acusado había amenazado de muerte a la joven.
De acuerdo con su relato, Fernanda viajó a mediados de julio a la ciudad mendocina de San Rafael y su abuela escuchó una charla que tuvo con su pareja por teléfono, ya que el aparato estaba en altavoz.
Allí, el acusado aseguro que la mataría y, cuando la joven le insinuó que él no podía matar a nadie, él le respondió de manera tajante: "Volvé y vas a ver de lo que soy capaz".