El periodista brasileño Rafael Henzel, uno de los seis sobrevivientes del avión que cayó en Colombia, reveló que el piloto nunca pidió a los pasajeros que ajustaran los cinturones de seguridad antes de que se estrellara contra una ladera.
Henzel, todavía internado en el Hospital San Vicente de Rionegro, y en contacto con el programa Fantástico, destacó: "En ningún momento alguien de la cabina o la tripulación nos dijo: 'Ajústense los cinturones"'. "No avisaron lo que estaba por pasar. Seguimos volando sin tener la menor idea de lo que iba a suceder", agregó.
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El periodista recordó que, hacia el final del vuelo, los pasajeros a su alrededor se preguntaban cuánto faltaba para el aterrizaje, a lo que la tripulación respondió que 10 minutos. "Entonces se apagaron las luces y los motores", indicó. En ese momento, todos corrieron a sus asientos y se ajustaron los cinturones, dijo Henzel. A continuación, el avión se estrelló contra una ladera. Henzel dijo que al despertar estaba rodeado de socorristas y que sentía un dolor tremendo, de lo que resultó ser siete costillas fracturadas. Llamó por su nombre a los colegas que lo rodeaban, pero estaban muertos. "El momento más triste para mí fue cuando vi a mis colegas muertos a mi lado. Fue muy impactante", lamentó. Henzel viajaba en los asientos traseros, entre Renan Agnolin y Djalma Neto. Aunque no recuerda el momento del impacto, narró lo que pensó al despertar, casi siete horas después de la caída: "Pensé que era una película o un sueño y que luego iba a despertar. Comencé a observar que venía gente con algunas luces y empencé a gritar, a pedir socorro. Estaba atrapado con árboles entre mis piernas". El periodista consideró que sobrevivió por milagro. Sin embargo, no dudó en culpar a la aerolínea: "Me impresiona que murió gente por un error de juicio, no por una falla mecánica. De un sujeto por una mala economía... Eso es repugnante". La investigación apunta a que el avión se quedó sin combustible y el piloto decidió no hacer una escala técnica para recargar la nave. Además, contó una conmovedora historia sobre lo que vivió su hijo la mañana siguiente a la tragedia. Como la aerolínea no había determinado quiénes eran las víctimas del accidente, pero trascendió que había un Rafael en el vuelo, algunos periodistas fueron a buscarlo a su casa. "Mi hijo de 11 años se golpeaba el pecho y decía que todavía sentía mi respiración. Eso fue muy fuerte para mí", indicó entre lágrimas. Respecto a su salud, el médico del club informó que los nuevos exámenes muestran que su tórax está drenando el líquido, por lo que se está recuperando satisfactoriamente de la afección pulmonar.