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Varados en la cordillera, pero con espíritu totalmente argentino

Un corte provisorio del paso fronterizo dejó a decenas de viajeros en plena alta montaña. Lejos del caos, improvisaron una convivencia comunitaria con asado, tortas fritas y una gran muestra de unión.

Lo que podía haber sido una experiencia traumática se convirtió en una postal inolvidable de camaradería y solidaridad argentina. En los últimos días se viralizó un video grabado en plena Cordillera de los Andes, donde un grupo de personas quedó varado en el Paso de Agua Negra —en San Juan— cuando intentaban regresar desde Chile y se encontraron con el paso fronterizo cerrado.

El corte se produjo por inclemencias climáticas días antes del cierre oficial del paso, ocurrido el viernes 23 de mayo, y obligó a decenas de viajeros a permanecer por más de 48 horas en alta montaña, a miles de metros sobre el nivel del mar y rodeados de nieve y hielo.

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Lejos del pánico o la frustración, los varados recurrieron al ingenio criollo para transformar la situación: armaron ollas populares, amasaron pan, cocinaron tortas fritas y hasta organizaron un asado comunitario. En el video, se puede ver cómo el grupo compuesto por familias enteras, incluso con niños, se organizó para compartir provisiones, bebidas y mantener el buen ánimo.

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La escena, en un entorno tan hermoso como hostil, recordó a las películas de desastres donde los protagonistas se unen para sobrevivir. Pero en este caso, primaron la buena onda, la colaboración y ese espíritu colectivo que tantas veces caracteriza a los argentinos en momentos adversos.

Durante la noche, improvisaron una fogata a la vera de la montaña para soportar el frío extremo y pasaron las horas entre charlas, risas y mate. “Una experiencia única, de esas que se recuerdan toda la vida”, contó una de las personas que vivió el inesperado episodio.

El hecho volvió a poner en evidencia la importancia de estar preparados para contingencias en pasos internacionales de montaña, donde el clima puede cambiar de manera repentina. Pero también dejó una imagen positiva: la de un grupo humano capaz de convertir un contratiempo en una aventura compartida, con sabor a amistad y calor argentino.