En pleno siglo XXI, cada vez es más común hablar sin tapujos de todo lo relacionado con el sexo. Lo que antes era tabú, censurado o controvertido pasó a ser algo más normalizado y una parte importante de la sociedad actual no tiene miedo a expresar o interesarse por diferentes prácticas o gustos sexuales.
Hay muchos tipos de parafilias que son inofensivas y que no conllevan el malestar de la persona ni de otras, con lo que únicamente consisten en una preferencia sexual específica. Una de ellas es la maskefilia, que es la predilección hacia el sexo con el uso de máscaras o cualquier objeto que cubra parcial o completamente la cara.
“Las parafilias están ligadas a prácticas sexuales denominadas poco frecuentes. Denotan cualquier interés sexual intenso y persistente, distinto del interés por la estimulación genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas consentidas y con parejas físicamente maduras”, explica Federico Rinaldi (M.N. 46.757), terapeuta de pareja y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH).
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Parafilia y trastorno parafílico
El experto plantea la diferenciación que se comienza a realizar dentro del marco académico entre parafilia y trastorno parafílico, siendo criterios necesarios para este último que genere malestar en el individuo, interfiriendo en sus funciones sociales o laborales, que tenga un impacto negativo en los otros y que sea una preferencia única, “o sea... que la única fuente de satisfacción sexual esté acotada a esa práctica”, resume Rinaldi.
El trastorno no está vinculado específicamente con la preferencia, sino más bien en la consecuencia de esa preferencia. De esta manera, no es lo mismo hablar de un fetichismo asociado al placer por los pies que de un placer por la humillación en el espacio público de una persona exhibicionista.
Las 10 parafilias más curiosas:
- Xenofilia: es la preferencia erótica por las personas que son percibidas como miembros de una etnia exótica o distinta a la propia. Sería el antónimo de la xenofobia.
- Gerontofilia: en este caso una persona joven siente más excitación sexual y preferencia erótica hacia personas con una edad mucho mayor.
- Fetichisimo: es una de las más escuchadas o comunes y consiste en la excitación erótica a través de un objeto fetiche, ya sea una cosa como una prenda en particular o una parte del cuerpo como las manos de otras personas.
- Podofilia: se trata de la pasión erótica o excitación por los pies, desearlos, acariciarlos, masajearlos, chuparlos… ¡Y esto se puede trasladar a cualquier otra parte del cuerpo!
- Actirastia: es la excitación sexual producida por los rayos del sol. Algunas personas obtienen gran placer y excitación a través de exponerse a la luz solar.
- Agalmatofilia: es la preferencia por los muñecos sexuales inflables.
- Agrexofilia: es la atracción por el hecho de que la actividad sexual sea oída por otras personas.
- Espectrofilia: es la atracción producida por la imagen reflejada en el espejo, normalmente manteniendo actitudes o prácticas eróticas ante él.
- Altocalcifilia: en este tipo de parafilia sexual, el objeto de deseo son los zapatos de taco alto.
- Coprolalia: es la preferencia por las palabras y la conversación sexual y excitante.
Muchas de estas conductas inician como pensamientos. Es fundamental que al momento de identificar estos pensamientos, las personas puedan tener una consulta con un profesional del área de la salud sexual.
“En la consulta, se puede determinar si estamos ante la presencia de una preferencia sexual que no genera daños y tan solo requiere de permisos y de quitarse capas sociales de malestar, o si, por el contrario, es una conducta que puede ser nociva y generar posibles daños a sí mismo o a terceros”, concluye Rinaldi.