Otro punto clave es la ubicación del electrodoméstico. Colocar la heladera cerca de hornos, anafes o lugares con exposición directa al sol obliga al motor a realizar un esfuerzo extra. Por eso, lo ideal es ubicarla en un espacio ventilado y alejado de las ventanas.
Descongelar la heladera es fundamental para bajar el consumo eléctrico
El exceso de hielo en el freezer también perjudica el rendimiento. Esa capa de escarcha actúa como aislante y reduce la capacidad de enfriamiento, provocando que el motor funcione de manera continua. En tal sentido, quienes se dedican a la reparación de las heladeras, recomiendan descongelarla cuando la capa de hielo supera los 5 milímetros.
La ventilación posterior es otro factor que muchos usuarios pasan por alto. Detrás de la heladera se encuentran los condensadores, que necesitan liberar el calor que el equipo extrae del interior. Si la parte trasera está demasiado cerca de la pared o cubierta de polvo, la eficiencia se reduce notablemente.
Por último, el mal nivel de carga también afecta el consumo. Una heladera vacía pierde frío más rápido al abrirse, mientras que una sobrecargada impide la correcta circulación del aire. Lo ideal es mantener un equilibrio y organizar los alimentos para evitar abrir y cerrar con frecuencia.
Recomendaciones para ahorrar energía con la heladera en verano:
- Evitar abrir la puerta innecesariamente.
- Colocarla lejos del horno y de la luz solar directa.
- Descongelarla regularmente para evitar exceso de hielo.
- Dejarla al menos 10 cm de espacio entre la parte trasera y la pared.
- Mantener una carga equilibrada y limpia las gomas del cierre.
Con estos simples hábitos, se puede reducir considerablemente el consumo energético de la heladera durante el verano y aliviar el impacto en la factura de luz sin resignar el confort.