Dan Buettner, fundador de Blue Zones LLC, ha documentado cómo los residentes de Nicoya han disfrutado de manera rutinaria de tres alimentos específicos durante al menos seis milenios. Esta práctica ancestral no solo ha perdurado en el tiempo, sino que ha demostrado ser fundamental para la salud excepcional de la población local.
Los “tres hermanos”: maíz, porotos y calabaza
La combinación de maíz, porotos y calabaza, conocida tradicionalmente como “los tres hermanos”, forma la base de la dieta de longevidad en Nicoya. Estos alimentos de origen vegetal proporcionan fuentes económicas y prácticas de proteína que han servido a los residentes de la región hasta edades avanzadas.
El maíz ocupa un lugar central en la alimentación tradicional de Nicoya. Las familias han preparado históricamente tortillas remojando los granos de maíz en ceniza de madera, un proceso que potencia sus propiedades nutricionales. Estas tortillas son ricas en carbohidratos complejos, fundamentales para mantener los niveles de energía. El maíz por sí mismo también contiene abundante fibra, lo que facilita una digestión lenta y proporciona sensación de saciedad prolongada.
Los porotos negros aportan antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico, según detalla Buettner en su documental. Además, proporcionan una fuente sustancial de proteína para el crecimiento muscular y fibra para el manejo del azúcar en sangre. La accesibilidad económica de los porotos los convierte en una opción superior a otras fuentes de proteína, ya que pueden obtenerse por menos de dos dólares la libra.
La calabaza completa esta tríada nutricional, aportando vitaminas A, B y C, además de magnesio y potasio, elementos críticos para la salud ósea, sanguínea y cardíaca, de acuerdo con información de la Cleveland Clinic recogida por Fortune. Los antioxidantes presentes en la calabaza ayudan a reducir el estrés oxidativo, que puede causar daño celular y enfermedades.