2- Acumulación de sedimentos
Los tanques de combustible pueden acumular sedimentos y otras impurezas en el fondo a lo largo del tiempo. En tanques siempre llenos, estos sedimentos generalmente permanecen en el fondo y rara vez causan problemas. Sin embargo, cuando los niveles de combustible son bajos, la bomba puede succionar estos sedimentos, lo que potencialmente podría obstruir los filtros de combustible y dañar el sistema de inyección del motor.
Esto no solo puede afectar el rendimiento del vehículo, sino también aumentar el consumo de combustible y disminuir la eficiencia.
3- Problemas de humedad y condensación
El espacio vacío en un tanque de gasolina puede permitir la acumulación de humedad y condensación, especialmente en climas fríos o fluctuantes.
El agua en el combustible es problemática porque puede llevar a la formación de óxido dentro del tanque y también puede causar problemas en el sistema de combustible si se mezcla con la gasolina. Esto es particularmente crítico en climas fríos, donde el agua en el combustible puede congelarse y bloquear el flujo de combustible hacia el motor.
4- Riesgo de quedarse sin combustible
Obviamente, uno de los mayores riesgos de conducir con el tanque bajo es la posibilidad de quedarse sin gasolina en un momento inoportuno. Esto no solo puede ser inconveniente, sino también peligroso si ocurre en una situación de tráfico o en lugares aislados sin acceso fácil a una gasolinera.
Recomendaciones
Para evitar estos problemas, es aconsejable mantener el tanque de tu auto al menos un cuarto lleno en todo momento. Esto ayudará a asegurar que la bomba de combustible esté adecuadamente sumergida y refrigerada, y minimizará las posibilidades de succionar sedimentos del fondo del tanque. Además, reduce el riesgo de problemas relacionados con la humedad y la condensación.
FUENTE: TN