La actividad física regula el sueño
Los investigadores comprobaron que los que se mantuvieron activos tuvieron menos problemas para empezar a dormir y eran menos propensos a dormir muy poco (menos de seis horas por noche) o demasiado (más de nueve horas por noche) en comparación con los que preferían un estilo de vida más sedentario.
En concreto, los resultados mostraron que aquellos individuos que mantenían una actividad física constante, realizando ejercicio como mínimo una hora a la semana repartida en dos sesiones, presentaban:
- Un 42% menos probabilidades de tener dificultades para conciliar el sueño.
- Un 22% menos riesgo de padecer cualquier síntoma de insomnio.
- Un 40% menos posibilidades de experimentar múltiples síntomas de insomnio, que incluyen dificultades para dormirse, despertares nocturnos y somnolencia excesiva durante el día.
Además, se encontró que las personas que se ejercitaban regularmente tenían un 55% más probabilidades de dormir la cantidad de horas recomendadas por noche, que oscila entre seis y nueve horas. Estos individuos también tenían un 29% menos de probabilidades de dormir poco y un 52% menos de riesgo de exceder las nueve horas de sueño.
Otras conclusiones de la investigación
El estudio también observó que aquellos participantes que comenzaron a ejercitarse durante el periodo de investigación tenían un 21% más probabilidades de normalizar sus patrones de sueño en comparación con aquellos que permanecieron sedentarios. Estos resultados son consistentes con investigaciones previas que han establecido una relación entre el ejercicio regular y una mejora en la calidad del sueño.
Según los investigadores, el ejercicio no solo ayuda a cansar el cuerpo para promover un buen descanso nocturno, sino que también incentiva la adopción de un estilo de vida más saludable. Los resultados se mantuvieron incluso después de considerar factores como la edad, el sexo, el índice de masa corporal, si fumaban o no, y el lugar del estudio.
FUENTE: TN