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Comer manzanas puede ayudar a la fragilidad ósea

Las manzanas y las moras son ricas en un tipo de flavonoide denominado quercetina, que es especialmente importante para prevenir la fragilidad ósea.

Para disfrutar de una buena salud y condición física, uno de los factores es llevar una dieta equilibrada que aporte todos los nutrientes necesarios y priorizar el consumo de alimentos con propiedades beneficiosas. Un nuevo estudio encontró ahora que los flavonoles –un subtipo de flavonoides, que son compuestos naturales que contienen las frutas y verduras– pueden ayudar a reducir las probabilidades de que los adultos mayores desarrollen fragilidad en los huesos.

Los resultados de la investigación se publicaron en American Journal of Clinical Nutrition y mostraron que las manzanas y las moras son ricas en un tipo de flavonoide denominado quercetina, que es especialmente importante para prevenir la fragilidad ósea, que afecta a alrededor del 10% de los mayores de 65 años, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y se asocia a más riesgo de que sufran caídas, fracturas, pérdida de movilidad, discapacidad, ingresos en el hospital e incluso muerte prematura.

Los investigadores del departamento de medicina del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, encontraron que un elevado consumo de estas frutas contribuiría a disminuir el riesgo de desarrollar fragilidad, y sugieren que el refrán anglosajón que dice “An apple a day keeps the doctor away” (“Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía”), podría estar en lo cierto.

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“Nuestros hallazgos sugieren que, por cada aumento de 10 mg. en la ingesta diaria de flanovoles, las probabilidades de fragilidad se reducían un 20%. Las personas pueden consumir fácilmente 10 mg. de flavonoles al día, ya que una manzana de tamaño medio contiene 10 mg. de flavonoles”, afirmaron.

Cómo fue el estudio sobre las manzanas y la fragilidad ósea

Para realizar el estudio, se emplearon datos del Framingham Heart Study-Offspring Cohort (un tipo de estudio epidemiológico que sigue a un grupo de individuos a lo largo del tiempo para determinar la historia natural de ciertas enfermedades). Con los mismos, se evaluó la relación entre la ingesta de flavonoides y el inicio de la fragilidad.

Se incluyó a 1.701 personas con una edad media de 58,4 años. Ninguna de ellas presentaba fragilidad cuando comenzó el estudio. Todas fueron seguidas durante un periodo de 12 años para evaluar su estado de fragilidad. Al cabo de este tiempo, el 13,2% de los participantes desarrolló fragilidad.

La coautora del estudio, Shivani Sahni, y Courtney L. Millar, ambas del Departamento de Medicina del Beth Israel Deaconess Medical Center del Harvard Medical School, indicaron que, aunque no hubo una asociación significativa entre la ingesta total de flavonoides y la fragilidad, una mayor ingesta de flavonoles se asoció con menores probabilidades de desarrollar fragilidad.

Conclusiones del estudio sobre las manzanas y la fragilidad ósea

Ambas coincidieron en que, específicamente, la mayor ingesta del flavonoide quercetina fue la que tuvo mayor asociación con la prevención de la fragilidad y señalaron: “Estos datos sugieren que puede haber subclases particulares de flavonoides que tienen el mayor potencial como estrategia dietética para la prevención de la fragilidad”.

Las especialistas señalaron que se deben realizar nuevas investigaciones que se centren en las intervenciones dietéticas con flavonoles o quercetina para el tratamiento de la fragilidad, y que los futuros estudios incluyan grupos de población de orígenes étnicos y raciales diversos para confirmar los beneficios de estos nutrientes.

FUENTE: TN

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