Cómo detectar si un billete es falso
El nuevo billete de $20.000 cuenta con estrictas medidas de seguridad que fueron incorporadas mediante sistemas de impresión especiales y que permiten el reconocimiento por máquina.
A continuación, los principales elementos de seguridad que se deben observar:
- Marca de agua: Se observa al trasluz y reproduce el retrato de Juan Bautista Alberdi acompañado de las iniciales JBA, en tono muy claro.
- Hilo de seguridad aventanillado: Está inserto en el billete y se revela en tres ventanas. Es de color azul y presenta un efecto dinámico al mover el billete. Al trasluz, se ve como una banda continua y se aprecia la sigla BCRA.
- Tinta de variabilidad óptica: La representación simbólica de la Constitución Nacional, ubicada en el ángulo superior derecho, cambia del magenta al verde al inclinar el billete y presenta un efecto dinámico tridimensional.
- Imagen latente: En el ángulo inferior derecho, un motivo ornamental revela las letras “RA” al observar el billete bajo una fuente de luz rasante.
- Motivo de complementación frente-dorso: En el ángulo inferior izquierdo, el valor “20.000″ se complementa con el reverso del billete, permitiendo su correcta visualización al ser observado a contraluz.
- Identificación para personas con ceguera: El billete incorpora un código en relieve en los bordes verticales, perceptible al tacto, que facilita su identificación para personas con discapacidades visuales.
A esto se le pueden sumar algunas otras recomendaciones. En un billete verdadero se podrá apreciar una micro letra en la solapa del saco de Juan Bautista Alberdi.
Además, en el reverso la numeración vertical debe estar en tinta roja, con luminosidad roja a la luz ultravioleta. En lo que respecta a la numeración horizontal, la tinta es de color negro, con luminosidad amarilla a la luz ultravioleta.
Menor costo de emisión
La incorporación de billetes de mayor denominación y la programación monetaria efectiva permiten reducir los costos directos del BCRA y los costos operativos del sistema financiero en su conjunto. “Un billete de mayor denominación permite imprimir una menor cantidad de billetes para afrontar un mismo nivel de demanda de efectivo por parte de la sociedad. Menos billetes en la economía reducen el costo de reposición de cajeros automáticos y el tiempo de procesamiento en las sucursales”, explicaron desde el Banco Central.
“La programación adecuada de la adquisición de billetes mejoró los procesos de logística y de coordinación, reduciendo los costos de transporte a un quinceavo, al utilizar barcos en lugar de aviones. Para las entidades financieras, la distribución y el reabastecimiento de este billete serán más eficientes”, agregaron.
Por otro lado, desde la máxima autoridad financiera señalaron que la adquisición de billetes, a través de licitaciones internacionales competitivas, disminuyó el costo desde los USD 126 por millar de billetes en el contrato heredado con Casa de Moneda, a USD 48 por millar de billetes en la última licitación realizada en agosto. Esto representa un abaratamiento del 61,9%.
Finalmente, indicaron que “la confirmación de que el índice de inflación observado se encuentra en los niveles más bajos de los últimos tres años, a pesar de la puesta en circulación del billete de $10.000 (cinco veces la denominación del mayor billete disponible hasta ese momento) desestima el argumento de que aumentar la denominación de los billetes produce presiones inflacionarias”.