Una vivienda puede levantarse en aproximadamente 45 días.
• Alta resistencia estructural: apto para zonas sísmicas, asegurando estabilidad y durabilidad.
• Aislamiento térmico y acústico superior: mejora el confort interior y contribuye a reducir el consumo energético.
• Versatilidad: puede aplicarse en muros, losas, tabiques, fachadas y escaleras.
• Sostenibilidad: genera menos residuos, facilita el transporte y optimiza recursos.
La experiencia positiva más reciente se registró en Huaco, donde el IPV ejecutó viviendas piloto para familias afectadas por inundaciones, logrando su construcción y entrega en solo 45 días.
Actualmente, se desarrolla con este sistema el Barrio Malvina Nos Une, en Angaco, una obra iniciada desde cero en esta gestión, que representa la implementación del sistema industrializado a escala barrial, marcando un cambio concreto en la política habitacional provincial.
La planificación para los próximos años incluye la actualización de los prototipos, incorporando criterios bioclimáticos que optimizan la ventilación cruzada, la orientación solar y el control térmico, en línea con el programa provincial de etiquetado de viviendas.
Además, se estudia la incorporación progresiva de paneles solares, para reducir el gasto energético en los hogares.