Tras el crimen, la policía activó un amplio operativo con Brigada de Delitos Especiales, Infantería, GERAS y Policía Científica. El arma homicida —un revólver calibre .38 con cinco cartuchos y una vaina servida— fue hallada en el fondo de una vivienda del barrio. Carrizo intentó escapar y fue encontrado escondido en un techo, entre objetos y un maniquí.
Durante la audiencia, el imputado reconoció haber disparado el arma, aunque alegó que se trató de un accidente en medio de una pelea. “No fue mi intención lastimar a esa chica. Tengo miedo, me siento mal, no sé cómo seguir”, dijo llorando ante el juez.
La defensa, a cargo de Jorge Olivera Legleu, intentó sostener la hipótesis de defensa propia, pero la fiscalía se opuso y solicitó un año de prisión preventiva, pedido que fue avalado por el magistrado.
Horas después del crimen, el conflicto entre ambas familias derivó en otro hecho violento: la casa de Carrizo, en la Manzana E del mismo barrio, fue saqueada por familiares de la víctima. Entre los detenidos por este hecho figuran Justa Estefanía Bajinai (68), Ayelén Sosa Bajinai (25), Susana Barrionuevo (54) y Rafael Cuenca (18), quienes serán juzgados en Flagrancia.
El caso sigue bajo investigación mientras la comunidad del barrio Echeverría permanece conmocionada por un crimen que expuso viejas disputas familiares y un trasfondo de violencia que no da tregua.