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Sin retenciones, productores de vino se ahorrarán U$S 40 millones anuales

La industria del vino celebró la quita de retenciones, medida impulsada por Sergio Massa, desde septiembre.

A partir del 1 de septiembre, los productores vitivinícolas ya no tienen que pagar al Estado el 4,5% del valor de lo que exportan en carácter de retenciones. Esto por la decisión que tomó el gobierno nacional y que anunció el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa.

Según manifestó Martín Hinojosa, director del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), calculan que serán unos 40 millones de dólares por año los "que recirculen dentro del mercado del vino".

Para el funcionario, la quita de retenciones al vino es justa, porque es una industria que tiene un alto valor agregado, a diferencia de la soja y otros commodities en los que solo se exporta lo que se obtiene de la tierra, sin que medie un proceso productivo.

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Qué significa la quita del 4,5% de las retenciones al vino

El director del INV utilizó un ejemplo concreto para explicar lo que implica que estas retenciones ya no existan y para esto, puso una cifra al azar.

Dijo que por cada factura de 100.000 dólares que se exportaba, los productores debían pagarle 4.500 dólares al Estado en carácter de retenciones.

Es decir que, luego de pagar las retenciones, lo que le quedaba al productor eran 95.500 dólares.

Ahora, no solo le quedará el total de lo que se exporta, sino que además, recibirán el 7% en concepto de reintegro a las exportaciones. Esto significa que por cada 100.000 dólares que se exporten, el productor se quedará con 107.000 dólares.

Este dinero, según cree, recirculará en el mercado interno, ya que las bodegas podrán, en principio, mejorar en tecnología e infraestructura.

Los argumentos para quitar retenciones al vino

Sobre el tema de no pago de retenciones por parte de la vitivinicultura, Hinojosa manifestó que es justo, por la cadena productiva que se pone en marcha a la hora fabricar vino.

Desde los que fabrican la botella de vidrio, pasando por los que diseñan las etiquetas, los que proveen las cajas de cartón para embalar, los empleados de las bodegas, los equipos de enólogos, todos estos son puestos de trabajo indirectos que genera la industria.

En total, deben ser unas 400.000 personas las que, directa indirectamente, pertenecen a la industria vitivinícola.

En cambio, como ya se dijo, los commodities no tienen esta cualidad. Están en la escala primaria de productividad, porque solo sacan beneficio sin sumar valor agregado. Por esto, Hinojosa destacó que sí está bien la decisión tomada por el gobierno nacional.

Destacó que no es fácil conseguir nuevos mercados internacionales para el vino, por los cambios de hábitos de consumo. Hay gran competitividad, y otros países productores como España y Francia tienen otras ventajas. (fuente: Diario Uno).

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